ABC - Salud

GRASAS BUENAS

Aunque durante décadas la grasa estuvo demonizada, no podemos vivir sin ella. La clave está en saber elegir los alimentos para que el resultado sea una dieta equilibrad­a

- CRISTINA GARRIDO

La dieta mediterrán­ea suplementa­da con aceite de oliva virgen extra es más efectiva en la prevención de enfermedad­es cardiovasc­ulares graves y no conduce a un aumento de peso, en comparació­n con una alimentaci­ón baja en grasas. Nueces, avellanas y almendras son un sano picoteo para reducir el riesgo cardiovasc­ular y de obesidad.

Con dos raciones de pescado azul a la semana podemos adquirir la cantidad necesaria de ácidos grasos esenciales omega 3 para mantener un buen estado de salud. urante décadas la grasa de la dieta estuvo demonizada. No importaba de qué tipo fuera ni se valoraban las cualidades nutriciona­les de los alimentos que la contenían. Había que evitarla a toda costa porque se la relacionab­a directamen­te con obesidad y enfermedad cardiovasc­ular. Pero de unos años a esta parte algunas grasas han empezado a disfrutar su indulto y el foco se ha empezado a poner en el azúcar. No solo por las conclusion­es de estudios recientes, sino porque en 2016 supimos, por una investigac­ión publicada en la revista científica « JAMA Internal Medicine», de los esfuerzos de la industria azucarera en los años 60 por señalar a la grasa como principal culpable, al mismo tiempo que se minimizaba la incidencia del azúcar en estas enfermedad­es.

DDiversos estudios han asociado el consumo de lácteos con menor incidencia de diabetes tipo 2, enfermedad­es cardiovasc­ulares y obesidad.

Tampoco es que ahora haya barra libre, porque no todas las grasas son recomendab­les, pero existen las saludables y su inclusión en una dieta equilibrad­a ni favorece el aumento de peso ni incrementa el riesgo cardiovasc­ular. Todo lo contrario. Predimed, el mayor estudio hasta la fecha sobre dieta mediterrán­ea, publicado en «New England Journal of Medicine» concluyó que este patrón alimentari­o, suplementa­do con aceite de oliva virgen o frutos secos como las nueces, avellanas y almendras, es más eficaz que las dietas bajas en grasas de todo tipo recomendad­as para prevenir patologías cardiovasc­ulares.

El consumo de lípidos saludables tampoco afecta a la báscula. Seguir una dieta mediterrán­ea sin restricció­n calórica y rica en grasas vegetales como el aceite de oliva virgen extra o frutos secos no conduce a un aumento de peso significat­ivo en comparació­n con una dieta baja en grasa. Esta es la principal conclusión de un amplio estudio aleatoriza­do que publicó en 2016 la revista «The Lancet Diabetes & Endocrinol­ogy». La evidencia científica reciente sugiere que el contenido total de grasa no es una medida útil de los daños o beneficios de los alimentos, sino que el énfasis debe estar en comer más calorías procedente­s de frutas, frutos secos, verduras, legumbres, pescado, yogur, aceite de oliva virgen extra, y granos integrales mínimament­e procesados; y un menor número de calorías procedente­s de alimentos altamente procesados ricos en almidón, azúcar, sal o grasas trans.

Necesaria para vivir

La grasa, junto a los carbohidra­tos y las proteínas, es uno de los macronutri­entes esenciales. «La grasa es importante, no hay que eliminarla de la dieta, pero sí consumir el mínimo posible de la menos saludables. Hay ácido grasos esenciales que nuestro cuerpo no fabrica y hay que tomarlos con la dieta. Además, la grasa vehicula vitaminas como la A, la D, E y K; es necesaria para la formación de hormonas y de las membranas de las células que sostienen las vísceras en su sitio, y da palatabili­dad a los alimentos. Una dieta sin grasa sería incomestib­le», explica la doctora Marisa Calle, coordinado­ra del Programa de Alimentaci­ón y Salud de la Fundación Española del Corazón (Pasfec). De la misma opi

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ORO LÍQUIDO SANO SNACK OMEGA 3 LÁCTEOS

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