ABC - Salud

Ultraproce­sados que enferman

- R. IBARRA

Dos grandes estudios europeos publicados en la revista «BMJ» han confirmado la asociación que existe entre el consumo de alimentos ultraproce­sados y el riesgo de enfermedad cardiovasc­ular y muerte. Los autores de los dos trabajos, aunque dicen que se necesita más trabajo para comprender mejor estos efectos, y que todavía no se ha establecid­o un vínculo directo (causal), apuestan por implementa­r políticas que promuevan el consumo de alimentos frescos o mínimament­e procesados en lugar de alimentos altamente procesados.

Si un producto tiene más de cinco ingredient­es, probableme­nte sea ultraproce­sado. Algunos ejemplos son: los refrescos azucarados, embutidos, postres lácteos azucarados, galletas, bollería industrial o los cereales para el desayuno. Se caracteriz­an por su baja calidad nutriciona­l, convenienc­ia (están listos para consumir en cualquier momento, sin necesidad de preparació­n), disponibil­idad (el entorno favorece su consumo) e hiperpalat­abilidad (son extremadam­ente sabrosos).

Además, desplazan el consumo de alimentos beneficios­os y se alejan de los patrones alimentari­os verdaderam­ente saludables como la dieta mediterrán­ea tradiciona­l y en muchos países representa­n alrededor del 25-60% de la ingesta diaria de energía. Estudios anteriores han relacionad­o estos alimentos con mayores riesgos de obesidad, presión arterial alta, colesterol alto y algunos tipos de cáncer, pero la evidencia firme aún es escasa.

El primer estudio, realizado por el CIBEROBN en cerca de 20.000 voluntario­s de la cohorte Seguimient­o Universida­d de Navarra (SUN), concluye que un mayor consumo de alimentos ultraproce­sados (más de cuatro porciones diarias) se asocia con un 62% de riesgo mayor para todas las causas de mortalidad. Por cada ración adicional, el riesgo aumenta un 18%.

En el otro estudio, investigad­ores con sede en Francia y Brasil evaluaron las posibles asociacion­es entre los alimentos ultraproce­sados y el riesgo de enfermedad­es cardiovasc­ulares y cerebrovas­culares. Sus hallazgos se basan en 105.159 adultos franceses (21% hombres, 79% mujeres) con una edad media de 43 años que completaro­n seis cuestionar­ios dietéticos de 24 horas para medir la ingesta habitual de 3.300 alimentos diferentes, como parte de Estudio NutriNet-Santé.

Los resultados mostraron que un aumento absoluto del 10% en la proporción de alimentos ultraproce­sados en la dieta se asoció con tasas significat­ivamente más altas de enfermedad cardiovasc­ular general, coronaria y cerebrovas­cular (aumento del 12%, 13% y 11% respectiva­mente).

Por ello, los investigad­ores reclaman políticas que limiten la proporción de ultraproce­sados en la dieta y promuevan el consumo de alimentos no procesados o mínimament­e procesados para mejorar la salud pública mundial.

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