Cataluña se cuela entre los riesgos económicos mundiales para 2018
El Foro Económico Mundial destaca el impacto que pueden tener los «problemas identitarios» registrados en Europa
Davos hablará de Cataluña. Las instituciones internacionales como el Foro Económico Mundial, que organiza la cumbre en la pequeña localidad suiza, han dejado de percibir la incertidumbre creada por el secesionismo como un problema exclusivo de España. Ahora, de hecho, alertan del impacto global del separatismo. El propio Foro publicó ayer un informe en el que incluía «problemas identitarios» como el catalán entre los «riesgos» para la economía mundial en 2018.
Se trata de movimientos que «están causando tensiones políticas en un creciente número de países de la UE, incluyendo Polonia, Hungría y, en diferentes formas, España», señala el documento publicado por el Foro tras consultar a casi mil expertos de todo el mundo. «La polarización entre grupos con diferentes raíces culturales continuará siendo una fuente de riesgo político en los países occidentales en 2018», añade el texto.
Los nacionalismos se unen así a otras amenazas como el proteccionismo, los ciberataques o el cambio climático, también calificados por el texto como grandes desafíos económicos para 2018. Además de por la situación en Cataluña, el informe también menciona a España por la «grave situación del desempleo juvenil» que junto a otros países europeos como Italia o Grecia mantiene. Eso sí, la organización destaca que desde 2013 se han registrado «rápidas mejoras».
La respuesta a este y otros retos será discutida la semana que viene en la 48 edición del Foro de Davos, organizado por el WEF, que se celebrará entre el 23 y el 26 de enero. Como cada año, el evento contará con la élite mundial del ámbito político y empresarial y estará rodeado de fuertes medidas de seguridad. La delegación española en la cita estará encabezada por el Rey Felipe VI, al que acompañarán los presidentes de compañías como el Banco Santander, BBVA, Iberdrola, Repsol, Ferrovial o El Corte Inglés.
Si bien llama la atención la consideración de riesgo económico global, lo cierto es que el Foro Económico Mundial no es el primer organismo internacional que ha advertido del impacto económico de la crisis catalana. El FMI avisó del «riesgo de contagio» cuando estalló el órdago independentista en octubre, mientras que la OCDE destacó a finales de noviembre que podía poner en riesgo el crecimiento.
La última en dar la voz de alarma ha sido la OMT (Organización Mundial del Turismo), que hace poco más de una semana arrojó un balance desalentador de la crisis. En su primera comparecencia pública, el nuevo secretario general de la institución, Zurab Pololikashvili, señaló que Cataluña había perdido hasta un 20% de turistas durante el tercer cuatrimestre por el desafío soberanista.
Un proceso que, sin embargo, no parece haber lastrado el robusto crecimiento español. Las estimaciones de la mayoría de los organismos apuntan a que el PIB de España creció por encima del 3% en 2017. A ello se suman otros indicadores como que la afiliación a la Seguridad Social creció en más de 611.000 trabajadores durante el último año. O que España se convirtió en el segundo destino turístico mundial en 2017. O que la prima de riesgo se sitúa por el momento por debajo de los cien puntos.
La advertencia del Foro Económico Mundial, sin embargo, evidencia que la situación de Cataluña está adquiriendo un cariz internacional. Y que, junto a otros procesos de índole similar, puede suponer un lastre para el crecimiento. No ya solo de España, sino también del resto del mundo.