MÁS DE 361.000 MENORES SE HAN EMBORRACHADO EN EL ÚLTIMO MES
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y otras 40 entidades lanzan un plan de choque contra la «epidemia» de alcoholismo juvenil
Medio millón de jóvenes españoles de 14 a 18 años se han emborrachado en el último mes. Más de 361.000 son menores. Y la edad de inicio del «coqueteo» con esta droga legal se reduce cada año. Ahora mismo está fijada en España en 13,8 años. Además, el 32,2% de los jóvenes consumen dándose un atracón. Es lo que se conoce como «binge drinking» (o tomar cinco o más vasos, cañas o copas de bebidas alcohólicas en un corto espacio de tiempo, unas horas). Estas cifras «absolutamente brutales» –según el vicepresidente de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Ignacio Calderón– sitúan al alcohol como la sustancia preferida por los jóvenes españoles.
«Se están copiando cada vez más y de forma preocupante patrones de consumo de los países anglosajones», explica a ABC la nueva directora general de la FAD, Beatriz Martín. Y es que 710.494 jóvenes confiesan haberse atiborrado o consumido de forma compulsiva alcohol en los últimos 30 días. 37.510 consumen a diario.
La radiografía de este fenómeno social es tan preocupante que ha llevado a la Fundación de Ayuda a la Drogadicción a liderar la iniciativa «Movilización Alcohol y Menores». El proyecto, impulsado en julio de 2017 con el apoyo de Obra Social La Caixa, ha conseguido reunir a más de cuarenta organizaciones con el objetivo de poner en marcha una estrategia coordinada entre todos los sectores de la sociedad para contener el «tsunami» en el que se ha convertido este consumo masivo de alcohol.
Estas organizaciones han consesuado una batería de 132 medidas que implican a todos los actores comprometidos en la lucha contra el consumo de alcohol entre menores, repartiendo tareas para todos ellos: desde padres hasta fabricantes de bebidas alcohólicas, medios de comunicación, administraciones públicas, personal sanitario y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, educadores y miembros de entidades y organizaciones de prevención o atención al consumo de sustancias.
Ayer, Martín, junto a su antecesor en el cargo durante 25 años y actual vicepresidente de la FAD, Ignacio Calderón, presentaron estas recomendaciones para acabar con lo que hasta ahora ha sido el principal lastre en la lucha contra el consumo de alcohol entre los menores: «La falta de organización» entre los diversos sectores.
No esperar a las muertes
Es debido a ello que «no se ha producido un planteamiento serio contra el consumo de alcohol de menores –afirmó Calderón en el acto–. No puede ser que tengamos que esperar a que muera una niña de 12 años para tener a todo el mundo durante dos meses preguntándose cómo ha sido posible».
Una ley de consumo que no sea tan represiva, sino que se centre más en la prevención, educación y apoyo a las familias y que impulse medidas de conciliación laboral y familiar son algunas de las propuestas que han lanzado los expertos de la «Movilización Alcohol y Menores» para combatir este preocupante fenómeno. El vicepresidente de
la FAD se mostró convencido de que la solución a la problemática del consumo juvenil de alcohol no pasa únicamente por introducir nuevas restricciones sino, en primer lugar, que la ley que hay «se cumpla» y, en segundo lugar, que vaya acompañada por un esfuerzo de toda la sociedad para generar un cambio cultural en cuanto al consumo de esta sustancia.
«Seguramente es un problema que hemos generado culturalmente entre todos y tenemos que solucionarlo entre todos. Hemos permitido llegar hasta unos niveles de consumo entre menores que nunca habrían tenido que haber sido. Consumos de atracón en pocas horas que están haciendo mucho daño», afirmó Calderón, quien recordó que las fiestas etílicas son vistas entre los menores como algo «normal», cuando todos los estudios científicos señalan que el desarrollo completo del cerebro humano no se alcanza hasta los 20 años. Está probado, así, que estos excesos repercuten muy negativamente en el posterior desarrollo físico, psicológico y mental de los jóvenes.
Proyecto Hombre ha sido una de las organizaciones que se han adherido a esta ambiciosa iniciativa. Su presidente, el médico Luis Bononato, aseguró ayer a ABC que lo más importante de este programa es «la implicación del mayor número de sectores para hacer más eficaz la prevención» y «el aumento de las dificultades en el acceso de los jóvenes al alcohol». «Con el tabaco era impensable y lo hemos conseguido. Tenemos que hacer tomar conciencia de las consecuencias del consumo de alcohol y, sobre todo, del consumo en atracón», afirmó.