Impresiones de Colonias
«ZAMA»
Dirección: Lucrecia Martel. Con: Daniel G. Cacho, Juan Minujín Matheus Nachtergaele y Lola Dueñas
La obra de Antonio Di Benedetto, hombre de letra compleja e idea recóndita que fascinó a lectores y escritores, de Borges a Coetzee, encuentra en la mirada de cineasta compleja y recóndita de Lucrecia Martel un modo más o menos desordenado y sugerente de establecerse en la pantalla. Como película enmarañada que es, se hace necesario darle mucha importancia a lo hipnótico y fascinante de su aparato audiovisual, que nos cuenta algo de la vida de Don Diego de Zama (finales del XVIII), funcionario de Indias a la espera de un traslado, un cambio de colonia o de perfume, presentado con aroma de cine profundamente figurativo pero profundamente desfigurado en su cruce de espacio y tiempo: esa vindicación de la huida, o de la espera insoportable, se cuenta en varios tiempos que hay que «localizar» por los cambios de personajes o los sufridos en el físico de su protagonista, un realmente esforzado Daniel Giménez Cacho.
Lo que pretende Lucrecia Martel no es contarnos a Zama, sino meternos dentro de él, de su aburrimiento, desesperación, paranoia, en fin, sus cosas…, lo cual conviene saber que no es precisamente «entretenido» (nadie en su sano juicio dirá al salir: «¡Qué divertida es la película!»), pero sí tiene esa punta de lápiz de colores que a cierto tipo de cinéfilo le gusta mordisquear. Quiero decir, que igual se pierde una obra maravillosa que no olvida nunca o se mete usted a ver un tostonazo del que no se recupera en días.