UNA PÉSIMA «RESTAURACIÓN» DAÑA UNA TALLA DEL XVI EN ESTELLA
La responsable de una escuela de manualidades de Estella echa a perder una escultura única
«Madre mía… Eso». Es la expresión más repetida cuando se pregunta a los estelleses sobre la restauración de la escultura de San Jorge, en la iglesia de San Miguel de la localidad navarra de Estella, el ya conocido como el «Ecce Homo» navarro. El San Jorge de Estella, una escultura del siglo XVI apenas es ahora reconocible. «¿Qué le ha pasado al San Jorge de Estella? Una magnífica escultura de principios del XVI que ha perdido la totalidad de su policromía original para transformarse en esto», denuncia la restauradora Carmen Usúa en el perfil de su empresa ArtUs en Twitter y Facebook. Las imágenes que acompañan su lamento muestran una antigua escultura del santo a caballo, antes y después de la «restauración» llevada a cabo por Karmacolor Estella, una pequeña escuela de manualidades de la localidad navarra.
«¡Parece un ninot, una falla valenciana!», asegura Usúa, que denuncia cómo su «restauradora» ha lijado sin rubor la policromía antigua del San Jorge, le ha aplicado escayola y lo ha repintado dándole tres manos sin tener en cuenta cómo era esta figura. La propia responsable de Karmacolor colgó en Facebook el proceso llevado a cabo con la escultura. «Los arreos del caballo son ahora rojos cuando esta figura tenía orla de plata y pan de oro, aunque perdido y sucio, pero recuperable con una buena restauración. ¡Pero qué ha hecho esta mujer!», se lamenta la restauradora.
Policromía lijada
En el vídeo se ve cómo la perpetradora de la intervención en el San Jorge aplica escayola, mientras dice: «Estamos intentando mantener todos los tonos y el proceso para alterar la pieza lo menos posible. Ahora vamos a aplicar el mismo color que encontramos de base, que es un gris azulado, y hacerlo un poquitín más claro, porque como vamos a darle tres manos, y cada mano lleva su lijado, luego veremos cuando se seque si hay que alterar un poco el tono o no». Para llorar.
Karmacolor Estella permaneció ayer cerrada durante todo el día. La excu- sa que reza en la puerta de la tienda es que la dueña, Carmen, acudió a un curso. Tampoco responde a ninguna de las llamadas realizadas por este periódico. El historiador y bibliotecario navarro Mikel Zuza, miembro del Consejo Navarro de Cultura, también ha criticado esta «desdichada intervención que ha sufrido el pobre San Jorge». «Imagino que hubiera querido salir a galope de su capilla antes de consentirlo. Qué pena que no pudiese lograrlo», se lamenta.
El San Jorge de Estella «tenía la particularidad, entre todas las imágenes tardomedievales conservadas en Navarra, de que era prácticamente la única que mostraba a la perfección cada