La difícil reforma del Reglamento de Dublín
Esta legislación establece que los demandantes de asilo son responsabilidad del primer país europeo que ha pisado la persona demandante de asilo. Diseñado en 2013, este mecanismo se ha revelado un fracaso absoluto para gestionar los flujos que se han desencadenado y penaliza a los países de la primera línea del Mediterráneo. Es lo que ha acabado con la paciencia de Italia. Y la única alternativa sería repartirlos por cuotas. Que es lo que los países de Visegrado no están dispuestos a a aceptar en ningún caso.