«La educación a los niños es la única vía de integración social»
ABC y la obra social La Caixa pretenden mostrar en esta página la faceta más solidaria de Sevilla, dando voz a las asociaciones y fundaciones que desempeñan una labor altruista para ayudar a los demás
Entrevista Patricia Loring Presidenta de Amigos del Colegio Corpus Christi
Empresas, particulares y fundaciones se vuelcan con el Colegio Diocesano Corpus Christi, en Heliópolis, donde acuden en su mayoría niños del Polígono Sur
Hace 70 años que el párroco Rafael Escalante creó el Colegio Parroquial Corpus Chisti para lo niños de la Huerta de San Gonzalo que no tenían medios para acceder a la educación. La calidad de la enseñanza y la dedicación de los profesores que han pasado por sus aulas no han disminuido estos años, pero las infraestructuras sí se vieron afectadas gravemente por el paso del tiempo, lo que supuso el descenso de alumnos. Cuando en 2015 Patricia Loring, instada por su párroco Jesús Donaire, visitó el colegio, supo instantáneamente que no podían quedarse con los brazos cruzados. Fue el origen de la Asociación Amigos del Colegio Corpus Christi y de una importante mejora del centro que aún está en proceso. —¿Por qué ayudar al Colegio Diocesano Corpus Christi? —Hay que contribuir a la preocupación por parte de la Iglesia y, en concreto, de la Fundación Diocesana de Enseñanza «Víctoria Díez», por la educación y por los más vulnerables. Hoy día el 80% de los alumnos de este colegio provienen del Polígono Sur, directamente del Centro Infantil La Providencia, y necesitan ayuda. La educación es la única vía de integración social, y desde aquí tenemos la oportunidad de tener a los niños alejados de ese ambiente. —¿Qué es lo primero que abordásteis desde la asociación? —Hablando con el director del centro, Manolo Toledo, vimos que el primero de los problemas era que cada vez se escolarizaban menos niños. Y es que el aspecto del centro no acompañaba. Debíamos arreglarlo, pero lo primero era facilitar el traslado de los niños desde el Polígono Sur. Para ello iniciamos las becas de transporte. —Y no se quedó la labor ahí —Fue solo el principio. En el curso 2016-2017 se abrió el servicio de comedor habilitando clases, con la ayuda el primer año de voluntarios, profesores y, por supuesto, Cáritas Diocesana. A las becas de transporte se le sumaban las de comedor y las de uniformes. Nuestra intención es que los niños estén fuera de un ambiente conflictivo el mayor tiempo posible y que tengan una buena alimentación. —La mejora en las infraestucturas es evidente, ¿en qué se ha avanzado? —En la primera fase de la reforma se ha derrumbado el edificio gemelo, que estaba en ruinas, se ha construido la valla que rodea todo el perímetro y la base de la pista deportiva, y se ha pavimentado toda la zona delantera y cubierto de albero el resto. —¿Cómo continuará la reforma? —En breve se iniciará la segunda fase con la construcción de un comedor de más de 40 metros cuadrados con lugar para una cocina-office, espacio de almacenamiento y baños. Además se va a poner una cancha. —¿Cómo os están ayudando? —Todo esto no sería posible sin la importancia que la Fundación Víctoria Díaz otorga a la educación, a su ayuda económica y a su apoyo constante. Recibimos la visita del Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, en mayo y nos dio palabras de ánimo. También gracias a la dedicación de las parroquias Corpus Christi y Claret, y Cáritas Diocesana. Pero es alucinante cómo se están volcando particulares, empresas y fundaciones. Estoy impresionada. Explico esta labor y no hay nadie que se resista a ayudar. —¿Qué se siente al ver lo que se está consiguiendo? — Felicidad pero también una gran responsabilidad al pensar cuántos problemas vemos diariamente y no le prestamos la debida atención. Cuando empezamos a colaborar yo pensaba: «¿cómo puede ser que haya pasado todos los días por delante del colegio sin darme cuenta de la ayuda que necesitaban?».