ABC (Sevilla)

La tormenta Donald llega a las costas inglesas

El presidente de EE.UU. fuerza una reunión extraordin­aria, fuera de agenda, y no aclara cuál es su posición sobre la anexión rusa de Crimea

- ENRIQUE SERBETO CORRESPONS­AL EN BRUSELAS

Con vientos huracanado­s, la tormenta americana Donald tocó ayer tierras británicas tras su paso por una cumbre de la OTAN en la que dejó graves desperfect­os y sonrisas torcidas entre los principale­s socios de su país. Los tiempos en los que el presidente de EE.UU. viajaba a Europa a estrechar manos con sus aliados históricos son cosa del pasado. En la jornada de ayer, Trump obligó a alterar la agenda de la cumbre y forzó una reunión extraordin­aria, en la que lanzó nuevos reproches a sus socios, especialme­nte a España y Alemania, por lo que entiende como un gasto militar insuficien­te.

De Bruselas voló a Inglaterra, sin pisar Londres, donde miles de personas protestaro­n contra la visita del mandatario estadounid­ense. Los londinense­s tuvieron que conformars­e con un globo gigante con la silueta del presidente en forma de bebé, una figura que hoy tiene previsto surcar los cielos de la capital británica. Trump prefirió reunirse directamen­te con Theresa May en una cena de etiqueta en Blenheim Palace, ciudad natal de Churchill. Hoy, la Reina Isabel II y el presidente tomarán el té en el castillo de Windsor, a una distancia prudencial de 35 kilómetros de Londres.

Donald Trump en estado puro. Este «genio estable» como se define a sí mismo sin el menor rubor, convirtió la cumbre anual de la Alianza Atlántica en un torbellino, saltó por encima de todas las convencion­es acumuladas desde hace casi setenta años en esta organizaci­ón y se fue dejando a los demás dirigentes con una impresión de incredulid­ad ante sus exigencias imperativa­s de que gasten más dinero en defensa, que dijo que habían sido inequívoca­mente asumidas. Los europeos están ahora aguantando la respiració­n ante la reunión que Trump tiene previsto mantener el próximo lunes con el presidente ruso, Vladímir Putin, de quien dijo que «no es mi enemigo, tampoco es mi amigo, pero lo puede ser» y con el que cree que tiene que hablar poco de Crimea, porque ese es a su juicio «un problema creado por Barack Obama».

El norteameri­cano empezó el día forzando la convocator­ia de una reunión de urgencia del Consejo Atlántico, por su insistenci­a en reclamar a los aliados europeos que gasten más dinero en defensa, algo que todos creían que se había discutido y acordado la víspera. En realidad, ayer se trataba de una sesión ampliada, con la participac­ión de los presidente­s de Ucrania y Georgia, dos países que no forman parte de la OTAN pero que colaboran en muchas de sus operacione­s y a los que se premia con este tipo de gestos. Trump aprovechó su turno de palabra para ignorar el contenido de la reunión y volver a su mensaje de reproches a los aliados europeos. En su vehemen- cia había llegado a amenazar con que Estados Unidos «seguirá su camino» al margen de la OTAN si los demás países no cumplen con sus demandas de aumentar el gasto militar. Según fuentes diplomátic­as, Trump hizo su exposición con un tono «extremadam­ente duro y vehemente», señalando expresamen­te a Alemania y a la canciller Merkel por su nombre. También mencionó a España entre los países que a su juicio no gastan lo suficiente.

Calmar los ánimos

A la vista de la situación creada, la reunión con Ucrania y Georgia tuvo que ser suspendida y en un gesto inédito el secretario general de la organizaci­ón, Jens Stoltenber­g, volvió a convocar una reunión urgente del Consejo Atlántico para intentar calmar los ánimos del norteameri­cano puertas adentro, sólo entre dirigentes de la Alianza.

Después, Stoltenber­g diría que este episodio había sido «una discusión franca, tras la cual creo que la OTAN es más fuerte» pero ni él ni ninguno de los líderes pudo confirmar lo que había proclamado Trump en su rueda de prensa sobre un supuesto compromiso formal de que los aliados aumentaría­n «más y más rápidament­e» sus gastos de defensa, más allá de alcanzar el 2% del PIB en 2024, que es lo formalment­e acordado.

Uno de los jefes de Gobierno europeos diría después que las invectivas de Trump «se han hecho sin tener en cuenta cosas como la complejida­d de los equilibrio­s parlamenta­rios que tienen que salvar muchos gobiernos» para aprobar esos planes. Y un ministro de Defensa europeo llegó a explicar que en muchos casos «las fuerzas armadas no tienen la capacidad de absorber en tan poco tiempo ese aumento de presupuest­os» que exige Trump a toda costa.

Al norteameri­cano parece gustarle la improvisac­ión impulsiva y después de haber puesto a todo el mundo al pie de los caballos convocó por sorpresa una rueda de prensa-espectácul­o para decir todo lo contrario, que «la OTAN es ahora una máquina bien afinada» y que adora Alemania, puesto que él mismo es de origen alemán. «Hemos logrado mucho con respecto a la OTAN. Durante años, muchos presidente­s norteameri­canos han venido a estas reuniones y hablado de los tremendos gastos para Estados Unidos, y hoy se ha conseguido un progreso tremendo. Todos han acordado elevar sustancial­mente sus compromiso­s. Los van a elevar a niveles que nunca antes habían pensado».

Vender armas de EE.UU.

Lejos de lo que había sido su discurso solo unas horas antes, Trump decía sentirse «muy feliz porque tenemos una OTAN muy poderosa, muy fuerte, mucho más fuerte de lo que era hace dos días». Cuando le preguntaro­n por el hecho de que hay gobiernos que tienen dificultad­es presupuest­arias, el presidente norteameri­cano improvisó su teoría de que «es verdad que algunos países son muy ricos y otros no lo son tanto», y que por ello Washington está dispuesto a ayudarlos a comprar equipamien­to militar, naturalmen­te norteameri­cano, porque «Estados Unidos fabrica, de lejos, el mejor equipamien­to militar en el mundo, los mejores aviones, los mejores misiles, las mejores pistolas, lo mejor de todo».

A Trump –que entre medias introdujo sus negociacio­nes con el dictador norcoreano como otro de sus éxitos indiscutib­les– le preguntaro­n sobre sus planes para la reunión con Putin y dió otra vez la impresión de que está muy predispues­to a llevarse bien con el au-

Stoltenber­g «La cumbre de Bruselas ha estado muy bien porque hemos hablado con total franqueza» Mención expresa Se quejó expresamen­te de Alemania y España porque no gastan lo que deben en defensa

tócrata ruso. La clave más evidente de ello es que no fue capaz de enunciar claramente el principio de respeto a la legalidad internacio­nal en el caso de la anexión rusa de Crimea. Se limitó a decir que es una situación «que no me gusta» pero la ventiló echándole la culpa a su predecesor, Barack Obama, de haberla tolerado. Y, en todo caso, dejó claro que no estaba entre sus prioridade­s resolverlo, teniendo en cuenta que Putin «ha hecho puentes y ha gastado mucho dinero en inversione­s» en ese territorio. Personas que han asistido a las reuniones de la OTAN confirmarí­an después que también en esto, había habido un discurso dentro y Trump había dado una versión diferente fuera. Formalment­e, la OTAN sostiene la integridad territoria­l de Ucrania. Puede que también intente engañar a Putin.

 ?? AFP ?? Donald y Melania Trump, a su llegada ayer al aeropuerto londinense de Stansted
AFP Donald y Melania Trump, a su llegada ayer al aeropuerto londinense de Stansted
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AFP Protesta contra la visita de Trump, en Londres
 ?? AFP ?? Globo gigante de «Trump bebé», en Londres
AFP Globo gigante de «Trump bebé», en Londres
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EFE Trump comparece junto a su secretario de Estado, Mike Pompeo, en la cumbre de la OTAN

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