El escándalo de la tarjeta Faffe en un burdel aísla al Gobierno andaluz
Dos auditorías hechas a esta empresa de la Junta desvelan además fraccionamiento de contratos e irregularidades en el pago de nóminas
Cada paso del consejero de Empleo, Javier Carnero, por el Parlamento de Andalucía se está convirtiendo en un auténtico calvario no sólo para él sino también para todo el Gobierno andaluz. Y tiene visos de que la situación puede ponerse más tensa porque los grupos de la oposición han empezado a mover ficha y la convocatoria de una comisión de investigación sobre el uso de las tarjetas de crédito de la fundación Faffe de la Junta parece estar cada día más cerca.
Porque el Gobierno andaluz en lugar de arrojar luz sobre unos hechos que sucedieron hace más de ocho años, en marzo de 2010, está ocultando la información y evitando dar explicaciones transparentes de por qué una tarjeta de crédito de la fundación Faffe se usó para pagar 14.737 euros en un prostíbulo en Sevilla en menos de seis horas. Cada día que pasa son más las incógnitas. Se desconoce qué persona pagó al día siguiente en efectivo los gastos de esa tarjeta para tratar de borrar el rastro y, sobre todo, de dónde salió esa cantidad de dinero de un día para otro. Es una incógnita qué personas participaron de esa juerga en el prostíbulo y si hay altos cargos todavía en ejercicio.
Tampoco hay respuesta sobre una segunda «tarjeta black» de la fundación Faffe que el Gobierno andaluz negaba que existiera pero de la que ya hay constancia. Es más. La diputada del PP Teresa Ruiz Sillero desveló ayer que la Junta ha pedido a Unicaja los extractos de esta segunda tarjeta a pesar de que estaba asociada a una cuenta de la antigua Caja San Fernando. «¿Ha sido un error o es para que no tengamos datos de la segunda tarjeta que seguramente tenga gastos similares a los que hemos descubierto en la primera?».
Otra incógnita sobre este asunto hace referencia a las trece cajas fuertes que la Fundación Faffe tenía en todas las provincias andaluzas. La Junta no ha desvelado ni cuánto dinero guardaban y para qué se usaba ni siquiera cómo se gastaba.
Hay otro frente abierto. Dos de las auditorías independientes realizadas a la Faffe han detectado falta de documentación e irregularidades por el fraccionamiento de contratos en la Faffe así como en el pago de las nóminas de los trabajadores.
En este escenario, la portavoz de Podemos, Teresa Rodríguez, aseguró ayer que su grupo está dispuesto a apoyar la comisión de investigación al respecto que ha pedido el PP, mientras que Ciudadanos —hasta ahora el socio de Susana Díaz en el Parlamento— no descarta hacerlo también si no les convencen las explicaciones que obligarán a dar al consejero de Empleo ante la Diputación Permanente del Parlamento andaluz, es decir, durante el mes de agosto.
Así, el curso político podría comenzar en septiembre abriendo una comisión de investigación sobre las tarje-
tas de crédito de la fundación Faffe, un asunto muy turbio, que molesta mucho en el Gobierno andaluz y que, además, coincidiría con la precampaña electoral si se adelantan las elecciones a otoño como parece más que previsible.
Precisamente ese clima electoral es lo que propiciaría la celebración de esta comisión de investigación que sería, además, la segunda en esta Legislatura frente a las políticas de la Junta. Porque Ciudadanos —que tiene la llave en la Cámara andaluza— ya ha empezado a distanciarse del PSOE y del Gobierno de Susana Díaz.
La existencia de tarjetas de crédito opacas en la Junta de Andalucía se han negado en reiteradas ocasiones por el Gobierno andaluz. Tanto el anterior portavoz del Ejecutivo, Miguel Ángel Vázquez, como la exconsejera de Hacienda, María Jesús Montero, han negado que existieran tanto en las consejerías como en la llamada administración paralela como la Faffe. Sí se ha reconocido la existencia de tarjetas de crédito vinculadas al pago de la gasolina y los peajes para los vehículos oficiales de la administración.
El propio gerente de la Faffe, Fernando Villén, reconoció a ABC que él disponía de una tarjeta de crédito, si bien tenía un límite mensual de 3.000 euros. ¿Entonces cómo pudo pagar casi 15.000 en sólo una noche?