El consejero dice que ocultó los datos amparándose en la ley
∑ Javier Carnero señala ahora que sí hubo malversación de fondos públicos
Cada palabra que pronuncia el consejero de Empleo sobre el escándalo del uso de una tarjeta de la fundación Faffe de la Junta de Andalucía en un club de alterne en Sevilla se convierte en un auténtico dardo envenenado en su contra. Javier Carnero había negado hasta ahora —y lo había hecho en reiteradas ocasiones tanto en el Parlamento como a preguntas de los propios medios de comunicación— que se hubiese utilizado una tarjeta de la Faffe para pagar en el pub Don Ángelo de Sevilla, pero ayer dio un giro radical a su estrategia y aseguró ante las preguntas de los grupos de la oposición que él mismo ha pedido al Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla una nueva declaración del que fuera director gerente de la Faffe, Fernando Villén, ya que ha detectado una posible «malversación y/o apropiación indebida» de fondos públicos.
«Deleznable»
«Si se demuestra, me parece deleznable, lamentable; no tiene nombre, no hay calificativo si ese gasto se ha hecho de esa manera, pero yo no soy investigador privado», dijo al tratar de explicar el uso de una tarjeta de esta fundación de la Junta para pagar hasta 14.737 euros en un club de alterne en la noche del 22 de marzo de 2010, precisamente la jornada en la que el entonces presidente José Antonio Griñán cambió su Gobierno y cesó al hasta entonces consejero de Empleo Antonio Fernández.
Según consta en la información que tiene el juzgado, la tarjeta de la Faffe se usó para pagar hasta 15 veces en el club de alterne Don Ángelo entre las nueve de la noche del 22 de marzo y las tres menos cuarto de la madrugada del 23 de marzo de 2010.
El giro en este asunto en el discurso del consejero de Empleo, y además en la Cámara andaluza donde quedan recogidas las actas oficiales para el futuro, unos documentos que son públicos, lo llevó hasta a reconocer que no dio toda la información de la que disponía en el Parlamento.
Javier Carnero compareció en la Cámara el pasado 12 de junio y, a pesar de las reiteradas preguntas de los diputados de la oposición, sobre todo de la popular Teresa Ruiz Sillero, no facilitó ninguna información sobre el estadío de los gastos de la tarjeta de crédito de la Faffe.
Pero conocía al dedillo los gastos que el club de alterne Don Ángelo había cargado en la tarjeta de la fundación Faffe pagada con fondos públicos. Porque él mismo lo había enviado al juzgado tras reiteradas peticiones y siguiendo las indicaciones del Gabinete Jurídico de la Junta de Andalucía. Al ser pillado en este burdo intento de ocultar una información tan sensible y tan demandada, Carnero trató ayer de justificarse amparándose nada menos que en la ley.
Así, en su comparecencia en la Comisión de Empleo del Parlamento negó que haya «faltado a la verdad» por no revelar los datos de gasto de esta tarjeta pagada con fondos públicos. «El detalle de los extractos de la tarjeta es reservado según el artículo 301 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que establece que las diligencias del sumarios serán reservadas hasta que se abra juicio oral», fueron sus palabras.
Fue incluso a más. Carnero defendió que ha sido el Gobierno andaluz el que ha entregado la documentación al juzgado, «no hemos ocultado información, ha sido la Junta quien ha trasladado la información al juzgado siguiendo los cauces necesarios. Ya dije en mi anterior comparecencia que se había entregado absolutamente toda la documentación al juzgado».
Carnero trató de defenderse en este asunto arremetiendo contra la diputada del PP Teresa Ruiz Sillero a la que acusó de judicializar la política. «¿No se cansan de judicializar la política? ¿pedirán perdón?», le dijo refiriéndose al archivo de otra pieza del caso Formación. Javier Carnero sí llevaba muy actualizados los datos sobre las investigaciones de los cursos de formación. Así, recordó que hay más de cien archivos de causas penales abiertas por el presunto fraude en los cursos. «Dejen ya esa forma de actuar porque no les lleva a nada y están haciendo que la política se desprestigie».