Oreja al buen nivel del rondeño Pablo Páez y cogida para Parrita
∑ Jesús García destaca en banderillas y da una vuelta igual que Jurado y Carmona
La segunda de promoción caminaba por la senda de las novilladas en las que parece que no pasa nada. Y todo a pesar de que Cristóbal Ramos «Parrita» fue cogido cuando hacía un quite al segundo y se habían dado dos vueltas al ruedo en un complicado encierro.
Hasta que salió el quinto había poco que destacar en lo artístico. Como ocurrió la semana pasada, el alumno de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla fue el que hizo lo de mejor nivel. Pablo Páez se fue a portagayola, estuvo templado con el capote y centrado en el tercio final con muletazos largos, corriendo bien la mano y con gusto al natural. Abrochó por manoletinas y, tras la estocada, cortó una oreja.
A punto estuvo de cortarla Jesús García en el que cerró plaza. El de la Fundación El Juli brilló en banderillas y con el capote quitando por lopecinas, aunque bajó el tono en el tercio final. Asomaron los pañuelos en el tendido pero el palco no atendió la petición.
Curro Jurado —que además de querer ser torero es legionario— estoqueó dos astados por la cogida de Parrita que lo metió a la enfermería. Con el que abrió el festejo estuvo dispuesto con el capote y en la réplica al quite, así como en la faena que comenzó con doblones. Sonó el pasodoble desde el inicio de faena, pero no logró conectar con el tendido a pesar de que dio muchos muletazos. Tampoco acertó con la espada y fue silenciado.
El tercero se dejó dar muchos pases en la muleta, pero Jurado no siempre acertó en las distancias a pesar de que quiso hacer las cosas bien citando a pies juntos y de frente al final de la faena. Tras una leve petición, dio la vuelta al ruedo algo protestada.
Idéntico premio obtuvo Carlos Enrique Carmona, que aguantó la parada del segundo en la puerta de chiqueros con mucho aplomo. El de Carlos Núñez no fue fácil. El madrileño se fue a los medios, donde hizo de todo: el pase por la espalda y circulares en una labor larga que acabó al abrigo de las tablas, donde fue volteado de forma fea aunque sin consecuencias. Dejó una buena estocada, pero necesitó el descabello y terminó dando la vuelta al ruedo.
El salmantino Manuel Martín pechó con un novillo berreón que llevó la cara a media altura y que deslució mucho la faena. Lo intentó el alumno de la escuela de Salamanca, aunque no pudo lucir su buen concepto.