QUERIDO SEÑOR
La visita de Trump al Reino Unido ha levantado protestas. Un bebé inflable sobrevuela Westminster. En 2003, G. W. Bush tuvo en Londres un recibimiento parecido. Irak, recuerden. The Guardian pidió a algunas personalidades que le escribieran una carta. Dejo a continuación, pobremente traducida, la del novelista Frederick Forsyth:
«Querido señor presidente: Hoy llega usted a mi país para la primera visita de Estado de un presidente estadounidense durante muchas décadas, y le doy la bienvenida. Usted se verá asediado en todas partes por algunos personajes bastante pretenciosos conocidos colectivamente como la izquierda británica. Tradicionalmente creen que tienen el monopolio de la moralidad y que sus acciones recientes lo excluyen del club. Usted se opuso y destruyó al dictador más sangriento del mundo. Esto es bastante imperdonable.
Le ruego que no preste atención. La izquierda británica irrumpe intermitentemente como una pústula en las nalgas de un país bastante bueno. Hace setenta años se opuso a la movilización contra Adolf Hitler y veneraba al otro genocida, Josef Stalin. Ha marchado por Mao, Ho Chi Minh, Khrushchev, Brezhnev y Andropov. Ha babeado con Ceaucescu y Mugabe. Se ha manifestado contra todo lo americano durante un siglo. En términos generales, odia a su país primero, al mío segundo. Once años atrás sucedió algo terrible. Maggie fue derrocada, Ronald se retiró, el muro de Berlín cayó y Gorby abolió el comunismo. Todos los ídolos de la izquierda cayeron y sus demonios se retiraron. Durante una década no había nada realmente que odiar. Pero gracias al Señor por su misericordia ilimitada. Ahora pueden aplaudir a Saddam, Bin Laden, Kim Jong-Il ... y odiar a un tejano temeroso de Dios. Así que aleluya, y diviértase».