«Dobles o triples candidaturas son fuente de fracturas»
Monseñor comenta la última crisis del Consejo y repasa el año en las cofradías
Hoy viaja a su tierra, a Sigüenza, para comenzar las vacaciones. Volverá a Sevilla para la novena de la Virgen de los Reyes y antes realizará un breve viaje a Roma. Termina el curso cuyo final ha venido marcado por una crisis de calado en el Consejo de Cofradías, tras la marcha del presidente, que supone el segundo abandono de un titular de la institución en su mandato. Asenjo ha estado atento. «He seguido con mucho interés los avatares de las últimas semanas y el resultado de la Asamblea. Creo que no se trata de problemas estructurales de la institución, sino puntuales. Ni el Consejo ni las hermandades están en crisis. Han sido problemas de tipo coyuntural», reconoce. Se convocan elecciones en San Gregorio y todo el mundo mira para el Arzobispado en espera de un gesto. «Yo, en principio, soy partidario —dice— de una sola candidatura porque tengo la experiencia aquí y en Córdoba que dobles o triples candidaturas no son un bien para la institución, sino fuente de fracturas; siempre quedan heridas abiertas. Esto es algo que los cofrades tendrían que repensar muchas veces. Y, como en ocasiones anteriores, quiero mantenerme en una exquisita neutralidad. Estaré informa- do y seguiré los avatares del proceso, pero en absoluto voy a intervenir para nada en un acontecimiento en el que las hermandades deben ser omnímodamente libres.»
También en los últimos días se ha encontrado con que un hermano de Montesión ha acudido a los tribunales ordinarios para dirimir un conflicto con la hermandad. «La vía civil —indica el arzobispo— no es el camino. En la normativa está prohibido. Es más, una hermandad necesita, para poder transitar por esa vía, el permiso del ordinario del lugar. Hablando de Montesión, el artículo 22 de sus reglas prohíbe a sus hermanos acudir a la vía civil. Nosotros tenemos nuestra propia justicia, el tribunal eclesiástico, que imparte justicia no sólo en la nulidad de los matrimonios, sino en los contenciosos entre nosotros».
Este año, el arzobispo está especialmente satisfecho por la implica-
ción de las cofradías en el sostenimiento de la Diócesis. De 2014 a 2017, las aportaciones al fondo común pasaron de 54.000 euros a 138.000, que se hace muy visible en el Seminario. «Las que aportan, comenta, ya no son solo hermandades de tronío de la capital; también las de los pueblos, hasta el punto de que el Seminario se está sustentando sólo con las aportaciones de los seminaristas y las hermandades. Mientras que el Arzobispado tiene que poner 183.000 euros anuales para el funcionamiento del Centro de Estudios Teológicos», recuerda. También por esto y a final de curso le pone una buena nota a las cofradías: «Yo les podría un notable alto rayando el sobresaliente, un ocho». Esto, en su conjunto, porque también está la excepción de las ovejas negras. «Por desgracia, hay unas cuantas hermandades con problemas casi endémicos de comunión. Les pediría que repensaran su situación porque estas quiebras hace que la gente no se tome en serio a las hermandades ni honran a quienes protagonizan la disensión», añade.
Insiste Asenjo que la transparencia no es una opción, sino un imperativo: «La diócesis se ha comprometido a practicarla escrupulosamente. Tenemos nuestro portal de la transparencia. El Consejo y las hermandades son instituciones eclesiales que tienen las mismas obligaciones que la Diócesis.» Para dentro de unos días hay convocado un nuevo «escrache» en las puertas del Arzobispado en protesta por la tumba de Queipo de Llano en la Macarena. Es algo que se repite cada mes de julio. «Yo les pido que busquen la solución. Aquí no tengo responsabilidad porque no soy titular de la Basílica. Respeto los pasos que vaya dando la hermandad. Y tengo la impresión de que hay voluntad de resolver definitivamente este asunto», dice. Está dispuesto a que en Sevilla se celebren procesiones magnas siempre que haya un motivo o una efemérides de peso que la justifique. «El Vía-Crucis de 2013 no se pudo celebrar y hubiera sido un éxito, comenta. Pero también hay que recordar la cantidad de críticas que hubo». Espera un relevo rápido para 2020, que es cuando presentará su renuncia; un año en el que coinciden efemérides del Gran Poder y la Macarena. «Ya pensaremos. Si hay que celebrarlas, yo apoyaré esos actos si están justificados. Me parece muy bien la opción del Gran Poder de ir a las periferias como nos ha pedido el Papa», concluye.