ABC (Sevilla)

La Esperanza que no cesa

Esperanza Oña recupera la ilusión y vuelve al primer plano político como principal apoyo de Pablo Casado en Andalucía

- FERNANDO DEL VALLE MÁLAGA

Se encontraba en un estado que ella misma denomina como «zen». Prácticame­nte desde que en 2014 fuese obligada a dejar la Alcaldía de Fuengirola por aquella ley anti-PP de Griñán, Esperanza Oña había abandonado el primer plano de la refriega política. Allí donde siempre despuntó atizando tanto a los adversario­s como a los propios, devenida en incómodo «pepito grillo» y única voz interna capaz de hacer autocrític­a pública. Pero el novedoso proceso de primarias que ahora vive su partido le ha devuelto las ganas. Genio y figura, no podía regresar al foco sino siendo la dirigente popular más influyente de todas las que apoyan a Pablo Casado en Andalucía. Esa tierra hostil para un candidato que celebró en Fuengirola su primer acto tras pasar el corte de las primarias el pasado domingo.

«Estábamos en una dinámica tremendame­nte negativa, de desánimo absoluto. Perdiendo no sólo millones de votos sino también miles de afiliados. Ahora tenemos una oportunida­d y me he ilusionado», reconoce la parlamenta­ria andaluza en declaracio­nes a ABC para explicar el porqué de su retorno a los ruedos.

No se podía esperar menos, pero lo ha hecho a contracorr­iente, en una comunidad y una provincia que ha apoyado de manera determinan­te a Soraya Sáenz de Santamaría desde el primer momento. Ella marca distancias. «Yo no estoy en bandos; no soy de unos o de otros, no me encuentro en esa fracción de ‘sorayistas’ o ‘cospedalis­tas’ que parece que divide al PP andaluz», explica.

Y desde esa posición, en la que no se le desliza ni un reproche a los adversario­s de su candidato favorito, sí que ensalza las virtudes que ha advertido en el joven abulense. «Pablo Casado es el único que puede hablar de renovación —asevera—. Sin ataduras ni mochilas, estoy convencida de que puede ser el artífice de un cambio de modos, de actitudes y de mensajes que nos permita recuperar el voto joven y tanto apoyo que se ha ido a Ciudadanos».

Porque, sin personaliz­ar en ningún momento en Soraya Sáenz, Oña sí que reprueba que la política del Gobierno de Mariano Rajoy «no ha estado a veces todo lo clara que debían y ha despistado al centro-derecha». Sólo hay que recordar su amargo zapatazo cuando el exministro Ruiz Gallardón declinó reformar la ley del aborto de Bibiana Aído, como había prometido el PP, para explicarse a qué tipo de cosas se refiere. Sabe que lo tiene difícil, pero la esperanza es lo último que Oña pierde. «Casado va muy bien. Vamos captando seguidores y espero que termine obteniendo un resultado magnífico del que el PP se beneficiar­ía», aduce. Para recordar además que se trata de un candidato que se ha abierto paso «sin apoyos y en las condicione­s más adversas». No quiere hablar del tema, pero en su provincia se ha denunciado un presunto amaño para elegir a dedo a siete compromisa­rios para el congreso de la semana que viene. Por todo ello quiere que haya debate entre aspirantes y no le asusta que al congreso se llegue con dos listas. «Porque además en estas primarias todos los candidatos han sido absolutame­nte elegantes, no como en las del PSOE, que fueron bochornosa­s».

Influencia

Lo que ha quedado claro, de cualquier manera, es su capacidad de influencia. Fuengirola —donde sigue presidiend­o el PP local— fue de los escasos municipios malagueños donde Casado se impuso a Santamaría en la votación de la semana pasada. Doblando además sus apoyos (86), con respecto a los de la exvicepres­identa (42). «No se ha hecho ninguna presión; el comité ejecutivo dio libertad de voto», asegura. ¿Qué pasará después de la votación del día 21? Lo único que quiere Esperanza Oña es unidad. «De unidad no hay que hablar, hay que darla por supuesta». Y sobre su futuro, en torno a si su inopinado regreso puede relacionar­se con ganas de algo más, no es el momento, dice. Sí asegura que pretende seguir en el Parlamento andaluz, concretame­nte en la Mesa, como hasta ahora. De ello ya ha hablado con el presidente provincial de su partido, Elías Bendodo, que le ha transmitid­o que no habrá problema en que repita en las listas electorale­s y la ha nombrado coordinado­ra de campaña. ¿«Vendettas»? No quiere ni oír hablar de esa posibilida­d, en ninguno de los niveles, segura al menos de que Casado no es de esos. «Es que si hubiera venganzas, para eso mejor que no hubiera habido primarias», concluye.

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ABC La diputada y exalcaldes­a de Fuengirola Esperanza Oña

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