ABC (Sevilla)

Griezmann-Modric, la otra gran batalla

Referentes de sus seleccione­s, el resultado de la final podría depararles el MVP del Mundial y tomar ventaja para el Balón de Oro

- RODRIGO ERRASTI

El Mundial de Rusia puede suponer un punto de inflexión en cuanto a premios individual­es después de una década de dominio de Messi y Cristiano Ronaldo. Los primeros 60 partidos del torneo apartaron a las dos estrellas más reconocida­s del firmamento futbolísti­co y también a Neymar, más citado por sus simulacion­es que por su buen juego.

El título que se juegan Croacia y Francia tendrá un premio extra, el del mejor jugador del torneo, para el que todos señalan a Luka Modric y a Antoine Griezmann como principale­s favoritos. Sería el primer paso para poder optar al Balón de Oro, premio que se han repartido Messi y Cristiano a cinco por cabeza desde que en 2007 lo ganase Kaká, entonces vencedor de la Champions con el Milán. El rendimient­o del centrocamp­ista madridista y el punta del Atlético, que además lograron dos títulos europeos con sus clubes, les convierte en las opciones más probables.

Modric ha sido MVP en tres de los partidos del torneo, el último en cuartos ante Rusia, y reconoce que para él sería increíble «levantar el trofeo como capitán» el domingo. Por eso, cuando le preguntan por el Balón de Oro, premio que ya piden para él compañeros suyos como Ivan Rakitic o Mario Mandzukic insiste: «Lo repito, estoy enfocado solo en el éxito de mi selección. Es muy agradable estar entre los posibles candidatos pero no me preocupan los premios individual­es».

No es que no le interese el tema. «Quiero que ganemos la Copa. El resto está fuera de mi control. Para mí lo más importante es el éxito de Croacia», incide quizá recordando un dato esperanzad­or para él: ha vencido las últimas diez finales a partido único que ha disputado con el Real Madrid (cuatro Champions, tres Supercopas europeas, dos Mundiales de clubes y una Copa del Rey). Incluso en una de ellas (Mundial de Clubes de 2017) fue nombrado MVP del partido. No cede una desde la Copa del Rey de 2013 ante el Atlético en el Bernabéu, en su primer año en España.

Extremo reconverti­do

Su principal rival por el galardón es Griezmann, que tras un 2016 en el que fue tercero en el Balón de Oro pese a un año plagado de decepcione­s (final de la Champions perdida en Milán, con penalti fallado incluido, y Euro cedida ante Portugal) está viviendo un gran momento en 2018. Desde enero acabó completand­o una temporada fantástica. Antes marcó dos goles en la final de la Europa League y ha llegado en forma a Rusia, donde ha anotado tres goles, ha repartido dos asistencia­s y ha sido MVP gracias a su labor por el equipo. No tiene problemas en bajar delante de los defensas para sacar la bola jugada y ayudar en el centro del campo.

La final de Luzhniki tendrá doble premio, pero Griezmann, como Modric, evita pensar en ello. «Es una oportunida­d de ganar el Mundial, no el Balón de Oro. No me importa ahora ese premio. Voy a darlo todo por ser campeón del mundo. Lo que tenga que venir luego, bienvenido sea».

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REUTERS Eden Hazard, ayer con la medalla de bronce del Mundial

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