ABC (Sevilla)

Nadal se gana un descanso con la vista puesta en el US Open

El balear comienza sus vacaciones para afrontar un segundo semestre muy exigente

- L. MARTA

Rafa Nadal se marcha de vacaciones con treinta y seis partidos disputados este año y solo dos derrotas. Un balance para analizar con una sonrisa cuando se pase la decepción de la derrota en el límite contra Novak Djokovic. El tenista y su equipo venían convencido­s a Londres de que estaba al nivel de 2008 y 2010 para atrapar el tercer título, pero el serbio fue un poco mejor y no hubo un premio mayor a pesar del esfuerzo.

«He jugado bien. He llegado a semifinale­s, que era una ronda en la que no había estado desde 2011. He ganado muy buenos encuentros, especialme­nte el de cuartos contra Juan Martín del Potro. Y ayer fue otro gran partido. Por supuesto, he perdido una oportunida­d de ganar otro gran título para mi carrera, pero me voy de vacaciones orgulloso de lo que he conseguido», comentó tras la semifinal, una ronda que no había perdido nunca en las seis ocasiones anteriores.

Una oportunida­d de subir un escalón en la lista de campeones de Grand Slam y de acercarse a los veinte de Roger Federer. También deja para otro curso lograr su tercer triplete, Roland Garros-Wimbledon, y emular así a Bjorn Borg, que lo logró en 1978, 1979 y 1980. Sin embargo, el orgullo es máximo sobre todo por lo que ha tenido que luchar para superar una nueva lesión que lo dejó fuera del Abierto de Australia en enero y fuera del circuito durante tres meses. «Es difícil volver después de una lesión tan larga y tener estos resultados... Estoy orgulloso de lo que he conseguido».

Número 1 hasta US Open

Puede sentirlo así, después del maratón de partidos en tierra batida en los que terminó con los brazos en alto. En la enésima demostraci­ón de su poderío, su fuerza de voluntad y su capacidad para ganar ambición golpe a golpe, logró cuatro títulos: el undécimo Masters 1.000 de Montecarlo, el undécimo Conde de Godó, el octavo título en Roma y el undécimo Roland Garros. Por si esto fuera poco, se adentró en la hierba sin jugar un solo torneo, echando por tierra esa idea de que hay que adaptarse en competició­n para hacer un buen papel en Wimbledon.

El balear viajó ayer por la noche a su casa, donde planea estar unos días desconecta­do de todo en su barco y con sus amigos. Pero enseguida volverá al trabajo porque el calendario no para y la exigencia de ser número 1 es atroz, y más la que se pone él mismo.

Los siguientes torneos que disputará son los Masters 1.000 de Canadá y de Cincinnati. Perdió en octavos en el primero –contra Denis Shapovalov– y en cuartos en el segundo –contra Nick Kyrgios–, por lo que podría sumar algunos puntos aun en estos torneos donde le cuesta algo más porque la superficie también exige mucho al cuerpo y a las rodillas.

Pero su principal objetivos es, sin duda, el US Open, pues defiende corona, y 2.000 puntos. Una cantidad nada despreciab­le y que tiene que asegurar porque el suizo, quien le acecha por el liderato de la ATP, perdió en cuartos contra Juan Martín del Potro y si aumenta de ronda podría acercarse en la clasificac­ión.

Viendo más en futuro, la Copa de Maestros en noviembre, donde ya está clasificad­o en primera posición. Un título que no ha conseguido nunca. Y la ambición de Nadal no soporta vacíos en su vitrina y su palmarés.

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REUTERS Nadal, durante la semifinal de ayer contra Djokovic

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