La otra estrella de la final del Mundial de Rusia
La supermodelo rusa Natalia Vodiánova, madre de cinco hijos, será la encargada de llevar la copa
Minutos antes de las cinco de la tarde, sobre el césped del estadio moscovita de Luzhnikí desfilará una de las mujeres más bellas y admiradas de la industria de la moda. Natalia Vodiánova será la encargada de presentar el trofeo que recibirá la selección campeona del Mundial, cuya final disputarán Francia y Croacia. Acompañada del futbolista alemán Philip Lahm, portará un estuche diseñado por Louis Vuitton en cuyo interior se guarda el trofeo.
A sus 36 años, esta madre de cinco hijos, actriz y filántropa, se ha convertido en uno de los símbolos del torneo futbolístico. Vodiánova nació en Gorki, ciudad cerrada en la época soviética por la proximidad de los centros de investigación atómica de Arzamas y Sarov. La villa se llama ahora Nizhni Nóvgorod y vio crecer a la futura diva en el seno de una familia muy humilde. Siendo una niña, Natalia salía con su madre al mercado para vender frutas y, así, poder sobrevivir en medio de la precariedad de aquellos difíciles años previos a la desintegración de la URSS. Tenía 16 años cuando ingresó en la escuela de modelos de Evguenia
Chkálova, en Nizhni Nóvgorod. Y tuvo la suerte de que un ojeador de la agencia francesa Viva Models se fijara en ella.
Su vida dio un vuelco definitivo al aceptar la oferta de trasladarse a París para hacer carrera. Acababa de cumplir 17 años e inició una trayectoria que enseguida la situó en el objetivo de los mejores fotógrafos, como Mario Testino o Steven Meisel. Desfiló sobre la pasarela para casi todas las marcas importantes, protagonizó portadas en revistas como «Harper’s Bazaar» o «Vogue» y deslumbró desde el almanaque más célebre de todos los tiempos: el calendario Pirelli. En 2003, Calvin Klein la fichó como imagen de marca.
Vodiánova ya era millonaria cuando en 2001 contrajo matrimonio con el aristócrata británico Justin Portman, con el que tuvo tres hijos –Lucas Alexánder, Neva y Víctor– y del que se separó en 2011. Pocos meses después, se convirtió en la señora de Antoine Arnault, primogéntido de Bernard Arnault, propietario del grupo LVMH y el hombre más rico de Francia. La pareja tiene dos niños, Maxim y Román.
Hace ya tiempo que la bella Natalia se bajó de las pasarelas; ahora es maniquí ocasional cuando el diseñador o el momento lo merecen. Y presume de tener un mini currículum cinematográfico: cinco películas, entre ellas «Furia de titanes», donde encarnó a la maligna Medusa.
En 2009, Vodiánova presentó el primer Festival de Eurovisión que se celebraba en Rusia. También participó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, en 2014. Realiza además una ingente actividad benéfica en apoyo de niños necesitados, tal y como lo fue ella. En 2004 creó su propia fundación bajo el nombre de The Naked Heart, corazones desnudos.