En apoyo al ABC y a la libertad de expresión
En la vida hay que ser justos. Y a mí no se me caen los anillos reconociendo la verdad. Nuestro presidente del Gobierno ha afirmado que mienten todos aquellos medios que hablan de plagio de sus tesis doctoral, con especial inquina a este gran diario y, según el diccionario de la RAE, plagiar es «opinar una idea o una obra literaria, artística o científica de otro autor, presentándola como si fuera propia». Por los datos que dicen los medios, la tesis de nuestro presidente ha sido redactada en un altísimo porcentaje por otro señor que, además, publicó el libro, autoplagiándose o participando en un plagio absurdo con el señor Sánchez poco tiempo después. Es decir, si este esperpento fuera cierto, él no habría plagiado su tesis, porque no sería su autor exclusivo, sino que se lo habrían redactado a él a través de una tercera persona. Si eso se probara, Pedro Sánchez no habría plagiado en su tesis por la sencilla y elemental razón de que se le habría redactado, casi íntegramente, otro señor en su lugar. Por todo ello, aunque la labor investigadora del ABC es encomiable, en defensa del interés general y de la libertad de expresión, creo que se comete un error de concepto inicial porque, de probarse lo investigado, daría igual que el plagio fuera del 10, el 20 o el 50%, ya que lo grave de esta situación sería el tremendo fraude de Ley de haberse aprobado, y con la máxima calificación académica, una tesis que, además de carecer de originalidad alguna en el plano científico, ni siquiera ha sido redactada por el doctorando. Esto es de tal gravedad y calibre que se debe de aclarar ya porque la Presidencia del Gobierno de la Nación no puede soportar una duda tan espantosa, a modo de Espada de Damocles , ni un minuto más, ya que la persona afectada nos representa a todos. España no se lo merece ni los españoles tampoco. JULIO JOSÉ ELÍAS BATURONES SEVILLA