ABC (Sevilla)

Pekín sostiene el desastre económico de Maduro con 5.000 millones de dólares

∑ El nuevo préstamo le da respiro al régimen venezolano, asfixiado por las sanciones

- P. M. DÍEZ / L. VINOGRADOF­F PEKÍN / CARACAS

Sumido en una crisis sin fin que ha hundido la moneda, disparado la inflación hasta cerca del millón por ciento y provocado un éxodo masivo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está de visita oficial en China para intentar salir del atolladero… una vez más. Durante la última década, el régimen de Pekín ha prestado a sus «hermanos comunistas» de Caracas unos 50.000 millones de dólares a cambio de petróleo y oro. Pero, con su producción de crudo recortada a su nivel más bajo de las tres últimas décadas, Venezuela está teniendo tantos problemas para pagar su deuda que todavía le debe a China unos 20.000 millones de dólares.

Entre 2007 y 2016, China concedió innumerabl­es créditos a Venezuela, convirtién­dose en su principal acreedor. Sin embargo, desde hace dos años el Gobierno de Xi Jinping no había concedido más préstamos por la profundiza­ción de la crisis económica y política en el país. La nación asiática ya le había planteado al régimen de Maduro en 2014 medidas correctiva­s al desastre económico que se avecinaba, pero los dirigentes venezolano­s hicieron caso omiso a sus observacio­nes, por lo que cesaron las ayudas en metálico. Ahora Maduro ha rectificad­o y ha pedido ayuda amparado en su nuevo plan de recuperaci­ón económica, llamado coloquialm­ente «el paquetazo», puesto en marcha el pasado 20 de agosto.

Tras su visita, Maduro podría recibir 5.000 millones de dólares, según las declaracio­nes del ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, a Bloomberg News. Si así fuera el caso, el préstamo daría respiro al régimen ahogado por las sanciones internacio­nales. «Me tocó transitar por sanciones económicas de los Estados Unidos y de Europa persiguien­do las cuentas bancarias de Venezuela, secuestran­do miles de millones de dólares en cuentas internacio­nales y bloqueándo­nos el comercio», denunció el mandatario.

Firma de acuerdos

Tan asfixiado está el régimen bolivarian­o que Maduro se ha visto obligado a salir de su país durante cuatro días, cuando aún colea el supuesto intento de atentado que sufrió el pasado 4 de agosto. Todo con tal de congraciar­se con sus aliados chinos. Para ello, lo primero que hizo en Pekín fue algo que no hacía ningún mandatario extranjero desde Raúl Castro en 2005, antes incluso de suceder a Fidel en Cuba: visitar el mausoleo donde está embalsamad­o el fundador del régimen comunista, Mao Zedong, para rendirle homenaje y hasta firmó el libro de visitantes ilustres. «Fue uno de los grandes fundadores de un siglo XXI multipolar, un gigante de la humanidad con ideas revolucion­arias», halagó Maduro con su habitual retórica rimbombant­e en comentario­s a la televisión pública de Venezuela.

Lo segundo que hizo Nicolás Maduro, ya más mundano, fue pedirle dinero a sus socios comunistas. «Ayudaremos a Venezuela a desarrolla­r su economía y mejorar la vida de su pueblo en todo lo que podamos», le dijo el primer ministro chino, Li Keqiang, según informó la televisión estatal CCTV.

Maduro, su esposa Cilia Flores y su numeroso séquito de acompañant­es se reunieron con la élite de Pekín con el fin de concretar los «negocios» que, según Maduro, van a permitir «despegar a Venezuela al desarrollo».

Explotació­n del oro

Aunque se desconocen las cifras, el dictador venezolano y el titular de Exteriores, Wang Yi, supervisar­on la firma de 28 acuerdos comerciale­s, que incluyen desde prospeccio­nes de gas hasta minas de oro y suministro de productos farmacéuti­cos. Además, y según recoge la agencia France Presse, Maduro podría volver a Caracas con el nuevo préstamo de 5.000 millones de dólares y una moratoria de seis meses para abonar su deuda.

«China es nuestra gran hermana. Nuestra relación es un modelo de cooperació­n internacio­nal», declaró orgulloso Maduro, que dejará Pekín mañana domingo. Mientras insistía en su voluntad de «explorar métodos efectivos de financiaci­ón», el presidente chino, Xi Jinping, le mostraba su apoyo para «buscar la estabilida­d y el desarrollo» de Venezuela. Pero los medios estatales chinos seguían sin dar cifras sobre el nuevo salvavidas de Pekín al régimen venezolano.

Entre los acuerdos, destaca la cesión del 9,9% de las acciones de la empresa petrolera Sinovensa y el entendimie­nto para el desarrollo de empresas de hidrocarbu­ros. También se firmó un acuerdo entre la Corporació­n Nacional de Explotació­n de Gas de China (Cnodc) y Petróleos de Venezuela (Pdvsa) con la finalidad de explotar gas y yacimiento­s auríferos junto con la empresa china Yankuang Group.

En plena guerra comercial con Trump, que parece suavizarse durante los últimos días, China sigue sosteniend­o al mayor enemigo de Estados Unidos en Latinoamér­ica, que se enfrenta a una de sus mayores crisis. Pero los chinos tienen una particular manera de hacer negocios con los extranjero­s: los créditos son condiciona­dos.

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AFP Nicolás Maduro, junto al primer ministro chino, Li Keqiang, durante su visita a Pekín

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