La herencia del nuevo Maestranza
No estarán, pero algunas de las ideas de los dos últimos exgerentes marcarán la nueva etapa del teatro
l próximo capítulo de la historia del Teatro de la Maestranza se escribirá sin ellos. Pero la impronta de unos, los exgerentes Remedios Navarro y Antonio Garde, va a estar presente en el esbozo del nuevo modelo planteado por las administraciones para el teatro, mientras que el tercero, el aún director artístico, Pedro Halffter, deja un legado musical que, pese a sombras como las tensiones con la Sinfónica, ha abierto el coliseo lírico sevillano a la ópera contemporánea —con hitos como el estreno en España de «Doctor Atomic»— y ampliado la paleta musical de la que disfrutan sus abonados, con cimas como la tetralogía de Wagner junto a la Fura dels Baus.
En el futuro modelo de gestión para
Eel teatro, sin embargo, algunas de las ideas de Remedios Navarro, cuyo desabrido cese precipitaron las administraciones presentes en el consorcio en julio de 2016, han terminado imponiéndose por su propio peso.
La entonces gerente anunció que no continuaría, entre otros motivos, por la situación de asfixia económica que atravesaba la institución y la negativa de las administraciones —Gobierno, Junta, Ayuntamiento y Diputación— a aumentar sus fondos, a pesar de haberlos recortado drásticamente a la mitad durante la crisis.
Desde entonces, el Maestranza fue acumulando una deuda que este año alcanzaba los casi 2,9 millones de euros, lo que ha obligado a los miembros del consorcio a hacer ahora lo que negaron a Navarro: una aportación extraordinaria de 1,4 millones de euros este año y otra de la misma cantidad el próximo, para poner el pasivo a cero.
En la consecución de este compromiso ha sido fundamental el trabajo alejado de los focos de Antonio Garde, que por sus responsabilidades previas en el Ministerio de Cultura conocía de primera mano la situación del Maestranza, además de mantener una excelente relación con la exgerente.
Durante el año y medio de su mandato, Garde ha ido convenciendo a las diferentes administraciones de la necesidad de enjugar la deuda, una estrategia que ha terminado beneficiándose del cambio de Gobierno y la entrada del nuevo equipo del Ministerio de Cultura, con Amaya de Miguel al frente del Inaem. De Miguel ha sido una pieza fundamental para esta aportación extraordinaria, manteniendo contactos discretos con el Ayuntamiento y escenificando, tras la reunión del ministro de Cultura, José Guirao, con el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, la apuesta por relanzar el proyecto del Maestranza.
En esta etapa no estará Garde, que retorna al Inaem como subdirector general de Música y Danza, por el que seguirá presente en las reuniones del consorcio. Todas las fuentes consultadas lo consideran un aliado muy valioso en el Ministerio en esta nueva etapa, que, además, cuenta con un organigrama que siempre defendió el exgerente, por eficacia presupuestaria y el convencimiento de que reduciría la conflictividad con la Sinfónica, al recuperarse la figura de director general, con competencias en gestión y programación, pero que no dirigirá en el podio.
El siguiente paso será convocar el concurso público para director general, donde se da por seguro que las administraciones inviten a participar a perfiles de sobrada solvencia para evitar fiascos pasados. La idea es que la impronta del nuevo responsable se deje notar en la próxima temporada.