HOY QUIERO CONFESAR

La llamada de Isabel Pantoja paró la tarde

Se tuvo que meter Chabelita en «GH VIP» para se produjera un hecho histórico. Así lo rotulaba Telecinco: «Momento Histórico». Los whatsapps saltaban, las redes sociales olvidaban a Pedro Sánchez (quien, por cierto, empezó su carrera llamando a «Sálvame» una tarde).

Isabel Pantoja llamó a mitad de programa para contar lo que estaba sufriendo como madre. Para sincerarse. Para matar los rumores de aquella esquina. Y reconoció que se queda más tranquila si la hija está recluida en Guadalix, aunque esté con El Koala, Garó y Aramís Fuster. «Por lo menos sé dónde está».

Contó la historia de Dulce, la empleada del hogar a la que costeó una rinoplastia y que le pagó usurpando su papel de madre como una mala de telefilme. «Mi hija voló de mi casa a los 18 años, pero se había ido antes». La Pantoja mostró una cara desconocida. Su misterio se rasgó y habló una madre. Herida, tajante, silábica incluso, pero también humana y más humilde de lo que pintaban los retratos.

«El apellido Pantoja vende y eso lo sabe el señor Vasile. No hay ceros en esa cadena para que yo me siente». Telecinco abrió con capital italiano una mina permanente en el último yacimiento folclórico español. Y no deja de explotarla.

Fueron 80 minutos gratuitos de Pantoja en directo que intentó interrumpir a toda costa su hijo Kiko, pero sin suerte. Ella continuó y habló hasta con Mila Ximénez, que sorprendentemente le hizo la pelota. Todos lo hicieron. ¿Quién no lo haría? ¿Quién no querría ser parte del universo de Cantora? «Cantora no es el castillo de Drácula».

Isabel nos habló a todos, pero sobre todo a las madres. Vive el drama de tener una hija díscola. Las madres entre el público lloraban, las colaboradoras se encogían y Belén Esteban fue la última en hablar, como dando su aprobación en tanto archimadre. «Nos has dejado boquiabiertas» (en el caso de Lydia Lozano esto fue literal). Ella también lo haría por «lo-que-más-quiere».

La Pantoja renovó ayer su mito. Su sufrimiento es el sufrimiento de España. Al colgar, sollozando, el público se puso de pie. Rafa Mora se puso de pie. Hay cosas que solo las siente una madre, pero hay mujeres capaces de hacernos sentir una.