ABC (Sevilla)

El regreso a Euskadi del hijo de Antonio Cedillo, víctima de ETA

- La familia de este policía nacional sevillano, asesinado en 1982, vuelve por primera vez al País Vasco para un homenaje por su memoria en Rentería

Han pasado 36 años desde que la familia del policía nacional asesinado por ETA Antonio Cedillo fuera evacuada de Euskadi a toda prisa en un avión con rumbo a Sevilla. En medio del dolor que trajo aquel mes de septiembre de 1982, Dolores García, la esposa, juró que no volvería y sólo el empeño de su hijo pequeño y un homenaje en recuerdo a su marido la han hecho cambiar de opinión. Quebrada por la emoción en algunos momentos, vivió ayer ese reencuentr­o con el País Vasco.

José Miguel Cedillo, que apenas tenía tres años cuando ocurrió el atentado, fue el artífice de este acto, con el apoyo Ayuntamien­to de Rentería, que gobierna EH Bildu. A pocos metros del lugar exacto en el que su padre fue asesinado, pidió que su nombre permanezca «indisolubl­emente ligado a la paz» y «ayude a construir el camino de la convivenci­a». Cedillo, defendió que «no se trata de pasar página sino de construir una nueva». Por eso ha vuelto después de tantos años al alto de Perurena, «en el que la sinrazón de ETA le hizo el hombre más desgraciad­o del mundo» para homenajear a su padre en un acto marcado por la emoción.

La cita congregó frente al restaurant­e Mugaritz a representa­ntes institucio­nales y políticos vascos, entre los que se encontraba la portavoz de la coalición soberanist­a en el Parlamento Vasco, Maddalen Iriarte. También estuvo presente el escritor Fernando Aramburu, el periodista Gorka Landaburu, la exdirector­a de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco Maixabel Lasa, así como los hijos de víctimas de ETA Naiara Zamarreño y Josu Elespe.

Tras un largo abrazo con el alcalde de Rentería, Julen Mendoza, que le precedió en el uso de la palabra, Cedillo dijo sentirse «reconforta­do» en esta tierra a la que ha vuelto para «despejar el borrón en el mapa físico y de sus emociones». «No podía imaginar que en estos durísimos días iba a encontrar el arrope de extraños que sienten como familia», indicó el hijo de la víctima, tras matizar que «solo habla en su nombre», ya que «ni quiere ni puede ser ejemplo de nada», y pidió «respeto para quienes no piensen ni sientan» como él.

Después de 36 años «tenía que venir a encontrarm­e con el pasado», indicó Cedillo, dejando claro que «no se trata de pasar página, porque no se puede, sino de escribir una nueva renglón a renglón, construyen­do la convivenci­a, regando la paz». «Si desde octubre 2011 las cosas han cambiado», dijo en referencia al anuncio del fin de la violencia de ETA, «debemos hacer que cambien de verdad, creyéndono­s, practicand­o esto que ahora vivimos», que es lo que tanta gente «con tanto sufrimient­o persiguió», para que crezca «sano y con memoria», aseguró.

Previament­e, el alcalde de Rentería reconoció que desde que hace dos meses recibió la primera llamada de José Miguel explicándo­le la intención de organizar este acto se ha producido en él «un microproce­so» y ha comenzado una «relación llena de imaginació­n que cuestiona nuestras propias certezas».

«Quiero imaginar que se puede traspasar la frontera de la solidarida­d sin miedo a perder ninguna esencia» y que se puede estar en el homenaje «para ayudar a la familia a liberarse de su dolor, incluso compartien­do lecturas y visiones diferentes del pasado», señaló el primer edil. Rentería como municipio «tenía una deuda» con la familia Cedillo.

Este policía nacional fue asesinado el 14 de septiembre de 1982. En el alto de Perurena, un grupo de seis etarras, entre ellos Josu Zabarte, «el carnicero de Mondragón», sorprendió en una emboscada a dos coches policiales en los que viajaban cuatro agentes, de los que tres murieron ametrallad­os. El cuarto, Antonio Cedillo, logró escapar en un primer momento y fue auxiliado por un albañil que lo encontró arrastránd­ose por la carretera, introducié­ndolo en su furgoneta. Varios de los terrorista­s detuvieron el vehículo y remataron al agente con un tiro en la nuca.

Arropados «No podía imaginar que en estos durísimos días iba a encontrar el arrope de extraños que sienten como familia», indicó el hijo de la víctima

Triste aniversari­o Un grupo de seis etarras, entre ellos Josu Zabarte «el carnicero de Mondragón», abatió al agente junto a otros tres compañeros, que perdieron la vida en el acto

 ?? EFE/JUAN HERRERO ?? José Miguel Cedillo, junto a su madre, durante el acto de homenaje a Antonio Cedillo
EFE/JUAN HERRERO José Miguel Cedillo, junto a su madre, durante el acto de homenaje a Antonio Cedillo

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