ALGO SE MUERE EN EL ALMA

Parece que por allí arriba también se elige en estos días un pregonero. Manuel Lozano era el candidato más firme, pero ahora le ha salido una competencia feroz: la de Manuel Garrido, que este viernes cogió la papeleta de sitio para arribar a «el puerto que Dios nos promete, como segura patria». Otro grandísimo poeta que se va sin haber pronunciado el pregón de la Semana Santa. Otro inmenso «no pregonero» a quien ningún sanedrín propuso ni votó cuando de su mano salieron versos de los más memorables escritos en el siglo XX. Pili del Castillo le inmortalizó la saeta del pañuelo de seda, los Amigos de Gines le grabaron las sevillanas más conocidas de la historia, «El Adiós», que hasta canturreó un santo, Juan Pablo II cuando era Papa. El cardenal Amigo recuerda constantemente que Wojtyla tenía asociado el nombre de Sevilla al de esa melodía que le cantaron cuando vino y se le quedó para siempre. Garrido no ha sido pregonero en su tierra pero aquí ha dejado versos populares inigualables que están en la boca de miles de personas. Y entre ellos la «Salve Marinera», que es el himno de la Esperanza de Triana. En estos días, en los que se dilucida en la tierra el pregonero del año que viene, hay que estar pendiente de las alturas a ver si es Lozano, a ver si es Garrido. El mejor pregón de 2019 se lo lleva la gloria.