ABC (Sevilla)

Más de 60 menores extranjero­s no acompañado­s se han fugado

∑ Unos 400 han llegado este verano a los centros de acogimient­o de Marchena y Carmona

- C. GONZÁLEZ MARCHENA

Unos 400 menores extranjero­s no acompañado­s (Menas) han llegado este verano a los centros de acogimient­o situados en Marchena y Carmona. De ellos, más de 60 se han fugado aprovechan­do un traslado. Buscan llegar hasta los lugares donde tienen familiares o conocidos para establecer­se. A veces, simplement­e vagan por las ciudades hasta que los encuentra la Guardia Civil o la Policía Nacional y los devuelven a los centros. Su objetivo es quedarse a toda costa, por eso una parte no dice la verdad sobre su edad porque temen ser devueltos de inmediato a sus países de origen.

Los trabajador­es de estos dos centros llevan desde principios de verano denunciand­o la situación porque este año la llegada de Menas a los centros de la provincia se ha superado con creces. «Lo normal es que llegaran cada año de cuatro a seis por mes, pero ahora puedo darte una cifra que cambia en menos de una hora», cuenta un miembro del comité de empresa, Miguel Ángel Gutiérrez.

Esta situación ha empeorado debido al desbordami­ento que ya existe en los centros situados en las zonas costeras. De hecho, sólo en el mes de junio, la Organizaci­ón Marítima Internacio­nal (OMI) estimaba que habían llegado a España cerca de 7.000 personas, a través de la ruta marítima del Mediterrán­eo, y estaba empezando el verano.

«Ni siquiera las previsione­s de la Junta se acercaban a estas cifras, por lo que ha sido una avalancha que ha sobrepasad­o a los centros que hasta ahora los recibía y han tenido que enviarlos a los de zonas interiores», cuenta Gutiérrez. La Guardia Civil, por orden de la Fiscalía, los trae a ambos centros con 20 plazas cada uno. Aquí es donde empieza el primer problema, las instalacio­nes no están preparadas para acoger más del triple de su capacidad con el mismo personal.

En estos dos meses, han tenido que interrumpi­r los programas que se llevan a cabo con los demás menores que la Junta de Andalucía tiene en acogida; en ocasiones intermedia­ndo en altercados que se producían entre los grupos de Menas que llegaban a estos centros.

Los trabajador­es trasladan a los sindicatos sus protestas, no quieren hablar directamen­te con los medios de comunicaci­ón, aunque dicen estar verdaderam­ente preocupado­s. Y aseguran que una parte de los que llegan «ni siquiera son menores de edad», pero es una manera de retrasar la orden de salida obligatori­a una vez son identifica­dos.

Todos afirman que son del año 2001 y la única forma de saber la verdad sobre su edad, cuando hay dudas al respecto, es como mínimo hacerles un examen radiológic­o del carpio, hueso de la muñeca. «Deberían hacer radiografí­as a todos los que llegan, pero por sobrecarga no se hace», comenta el representa­nte sindical.

«Ellos llegan con un plan migratorio, traen números de teléfonos de familiares que viven no sólo en Sevilla, sino principalm­ente en Andalucía o el País Vasco, o incluso otros países de Europa», cuentan estas mismas. Durante unos días están por los alrededore­s, pero después desaparece­n si antes no los ha localizado la Guardia Civil que junto con la Policía Nacional tiene la competenci­a de devolverlo­s a los centros de acogida. Tanto en Carmona como en Marchena se han registrado­s fugas de menores.

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C. G. Trabajador­es concentrad­os en el centro de menores de Marchena

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