EL CUM-LAUDE Y SEVILLA
El fallo más garrafal de la tesis del presidente es atribuir a los proyectos sevillanos de Airbus un presupuesto de veinte billones de euros, una cifra más de diez veces superior al PIB nacional
UNO de los efectos inmediatos que ha tenido la denuncia del periodista de ABC, Javier Chicote, sobre el «corta pega cum laude» ha sido la divulgación de la tesis del presidente. Hasta ahora sólo existían rumores y sospechas de los motivos que tenía Pedro Sánchez, que mintió en el pleno del Congreso de hace unos días cuando afirmó que su trabajo era accesible a todos, para mantener oculta su tesis. Esta semana por fin la ha hecho pública. Su conocimiento general no sólo ha confirmado el plagio destapado por ABC sino que ha causado sonrojo entre la comunidad universitaria porque a semejante bodrio se le haya calificado además con sobresaliente cum laude, algo que sólo se explica por la insólita composición del tribunal examinador.
Uno de los capítulos más bochornosos de la tesis del doctor Sánchez es el dedicado a analizar la acción diplomática del Ayuntamiento de Sevilla para que el avión de transporte militar A400M, entre otros, se fabricara en la ciudad, según ha puesto de relieve el responsable de la Sección de Economía de este periódico, Luis Montoto. Literalmente Sánchez escribe que en la segunda mitad de la década de los ochenta el negocio aeronáutico experimentó un gran crecimiento en la capital hispalense «con la consecución de un mayor número de proyectos aeronáuticos en Sevilla como el A400M, el A380 y el B717 de la empresa Boeing». El A380 no se fabrica en Sevilla sino en Toulouse, salvo una pequeña parte del fuselaje que se distribuye entre varias factorías españolas. El B717 se construye en California y algunas empresas andaluzas tenían participaciones en el proyecto muy poco significativas. Los que sí se ensamblan en Sevilla son el CN235 y el C295, además del A400M, según el documentado análisis de Luis Montoto. Pero el fallo más garrafal de la tesis del presidente, seguramente por un error de traducción del inglés del que la haya escrito, es atribuir a los proyectos sevillanos de Airbus un presupuesto de veinte billones de euros, una cifra que es más de diez veces superior al PIB nacional y que, de ser cierta, convertiría a nuestra ciudad en la primera potencia industrial del orbe. Y los del sobresaliente cum-laude sin enterarse de nada.