¿Cómo se comportará el olivar a finales del siglo XXI?
El proyecto Innova-clima creará una aplicación con recomendaciones específicas de adaptación frente al cambio climático según variedades de olivar y comarcas
Investigadores del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria (Ifapa) de Córdoba están trabajando ya en el proyecto Innova-clima, a falta de que llegue la financiación del mismo, prevista para principios de 2019. Se trata de un nuevo proyecto solicitado por el centro Ifapa Alameda del Obispo que concluirá en 2021 y que da continuidad a trabajos previos desarrollados en el marco de la búsqueda de medidas de adaptación al cambio climático de los cultivos principales del campo andaluz, como es el olivar.
De hecho, la finalidad de Innova-clima es la de diseñar una herramienta de fácil manejo por parte de los agricultores con recomendaciones específicas de adaptación a escenarios climáticos adversos según la variedad de olivar o de la comarca olivarera en la que se encuentre. De esta forma, «se transferirá al sector olivarero todo el conocimiento teórico recogido en el proyecto AdaptaOlive, que concluye a principios de octubre, y en el que hemos creado un modelo de simulación climática capaz de evaluar la producción de aceite de oliva en Andalucía ante distintos escenarios caracterizados por la escasez de agua y el incremento de las temperaturas, pero sin aplicación para los agricultores hasta ahora», explica Ignacio J. Lorite, uno de los investigadores del Ifapa.
Con esta nueva herramienta, los olivareros tendrán a su disposición recomendaciones sobre qué zonas de Andalucía serán potencialmente aptas para el cultivo del olivo y cuáles no, sobre la idoneidad de plantar una variedad de olivar u otra, o sobre la estrategia de riego según la disponibilidad de agua en cada zona.
Olivar de almazara
Hasta ahora, los investigadores del Ifapa Córdoba sólo han estudiado el comportamiento de variedades de olivar de almazara tales como arbequina, picual, hojiblanca y otras de más reciente implantación como koroneiki y sikitita, muy frecuentes en los marcos de plantación de alta densidad. No obstante, «queremos ampliar las variedades incluyendo las propias del olivar de mesa en el nuevo proyecto Innova-clima».
El modelo previo AdaptaOlive permite simular el comportamiento del olivar andaluz desde finales del siglo XX hasta el año 2100. Las conclusiones del trabajo, publicadas en un artículo científico en la revista «Agricultural Water Management», indican que en las próximas décadas habrá dos grandes regiones andaluzas donde pueden surgir más problemas, ya sea por la falta de pluviometría o por episodios de estrés térmico. «Una de ellas será la comarca de la Loma de Úbeda, en Jaén, donde la floración más tardía en comparación con el resto de Andalucía generará un mayor riesgo de sufrir altas temperaturas durante la fase crítica de ésta, lo que dará lugar a disminuciones en la cosecha». La otra zona «está situada en el Bajo Guadalquivir que, en este caso se verá afectada por la falta de frío invernal, lo cual generará dificultades de floración que incidirán de forma muy negativa sobre la producción final de aceite», apunta el investigador.
Escenario futuro El Bajo Guadalquivir no será una buena zona para el olivar de almazara por la falta de frío invernal