ABC (Sevilla)

Florence crece en los ríos y aumenta la cifra de muertos

El paso del huracán deja al menos 15 víctimas mortales confirmada­s

- CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK JAVIER ANSORENA

La autopista I-95 recorre toda la costa oriental de EE.UU., desde las playas turquesa de Miami hasta el litoral escarpado y helado de Maine. Tras el paso de Florence por la región Sureste del país, afectando sobre todo a Carolina del Norte y del Sur, parte de esta arteria está cortada ante el riesgo de inundacion­es. Para conducir ahora de la capital, Washington, a Savannah, en Georgia, justo al Sur de la región afectada, las autoridade­s recomienda­n un rodeo enorme, que dibuja el impacto de Florence: una región entera paralizada por las inundacion­es y amenazada con nuevas crecidas y corrimient­os de tierra a medida que la tormenta se desplaza hacia el interior.

Las crecidas de agua en los cauces de río y zonas bajas ha venido acompañada de un aumento de la cifra de muertos: al cierre de esta edición, las autoridade­s habían confirmado quince víctimas y advertían de que la situación no mejoraría a corto plazo.

Florence, que desembarcó el pasado viernes en la costa de EE.UU. como huracán, ha degradado su intensidad hasta convertirs­e en tormenta tropical, primero, y, desde la madrugada de ayer, en depresión tropical, con vientos de 55 kilómetros por hora.

El gran peligro, como se advirtió desde un principio, no ha sido tanto el viento, sino las lluvias torrencial­es que la tormenta deja a su paso. Florence camina hacia el Oeste de forma lenta, anegando campos y ciudades. Ayer el único motivo para el optimismo es que el fenómeno climático había alcanzado algo más de velocidad, y avanzaba a 12 kilómetros por hora, lo que permite al terreno que recibe su agua no rebosar con tanta rapidez y agresivida­d.

Las autoridade­s, sin embargo, no quisieron dar ningún mensaje de optimismo. «Nos va a golpear fuerte», aseguraba ayer el alcalde de Fayettevil­le, una de las mayores ciudades de Carolina del Norte, ante el riesgo de inundacion­es. «Lo peor todavía está por llegar». La ciudad estaba ayer paralizada, sin semáforos, con los primeros indicios de crecidas de agua y bloqueada por los apagones eléctricos, que han llegado a dejar a un millón de clientes sin acceso a luz en toda la región este fin de semana.

Todavía es demasiado pronto para determinar el impacto de Florence, ya que su actividad se seguirá notando durante varios días en la región. Ayer las autoridade­s reconocían que había «decenas de miles de casas» afectadas por Florence, además de industrias y campos de cultivo. Michael Sprayberry, director del servicio de gestión de emergencia­s de Carolina del Norte, aseguró que la situación es «mala ahora mismo» y que será «peor en los próximos días»

Autoridade­s y cuerpos de rescate consideran que «lo peor está por llegar»

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AFP Una mujer pide ayuda desde su residencia en Carolina del Norte

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