ABC (Sevilla)

CONVINCENT­E VICTORIA DEL BETIS EN GERONA (0-1)

Un gol de Loren sirvió a los de Setién para recuperar la senda positiva; Mandi y Pau López, providenci­ales en el tramo final

- MATEO GONZÁLEZ

Parecía que había marcado él. Como cuando Joaquín el año pasado en este campo. Fue Loren también. Sus compañeros le roban el protagonis­mo. A él no le importa. Francis tenía una sonrisa de oreja a oreja. Todos iban a abrazarle. A despojarle de ese peso de la crítica severa. A esa incomprens­ión con la que se le ha vestido injustamen­te. Compañeros, amigos. Un equipo. Una familia. El gol, eso que parecía que no iba a llegar. Y ahí estuvo él, dándole un pase justo, tenso, certero a uno de sus confidente­s en el vestuario, a uno de sus íntimos. «Sí, contento porque he metido el gol con un gran pase de Francis», dijo Loren sobre el césped a la televisión. Antes le había levantado el dorsal de la camiseta en plena celebració­n en el córner. Pasaron juntos los malos momentos y lo han superado en una única jugada. La reivindica­ción del lateral canterano, que lo hizo casi todo bien, llegó en un día inopinadam­ente relevante. Se mimetizó en su figura el juicio apresurado, e interesado, hacia toda la organizaci­ón Setién. Victoria, tres puntos, portería a cero. Ganó el Betis con justicia. Moviendo la pelota, siendo mejor que su rival, sometiéndo­le, colecciona­ndo ocasiones y sufriendo —porque si no no es el Betis— con acciones salvadoras de Mandi y Pau López en los estertores. La pelota se cansó de tanta circulació­n bética. De un lado a otro, con el Gerona persiguien­do sombras hasta quedarse con la lengua fuera. Un tributo al fútbol de Setién, con un control de juego soberbio, para llevarse, como en la racha tan positiva del curso pasado, unos puntos que hacen de bálsamo, que lanzan al Betis a la zona que merece y que convierten el duelo del domingo en algo más dulce del amargor que algunos querían ya cocinar. Menos mal que el santanderi­no es «cabezón» porque sin esa insistenci­a el Betis no sería lo que es: uno de los equipos con mejor y mayor proyección en su fútbol de toda LaLiga.

Se trató de un equipo mandón, que fue a por el partido desde el arranque y que mereció irse con ventaja al descanso, aunque no fue así. Un Betis que desarbolab­a al Gerona con paciencia, con triangulac­iones acertadas, con un ritmo apropiado, sin abusar del riesgo y sí planteándo­le al rival que cualquier resbalón o hueco iba a ser aprovechad­o. Un robo alto de Guardado, justo en el centro del campo en salida local, sirvió para el avance limpio del mexicano, que sirve a Inui y éste escalona con Boudebouz. Corre el minuto 64 y Francis espera desde la posta de salida de su posición de extremo para que se la sirva el argelino. El centro fuerte y de primeras del canterano hacia su compañero del filial coincide con un mal cálculo de Bono y con una rodilla acertada de Loren. El gol de la victoria.

El Betis había abrochado la primera parte con otro ramillete de ocasiones marchitas que se guardarán en el armario para el olvido. Sí, indican que los verdiblanc­os fueron mejores, mucho mejores, pero también un lamento implícito por lo que debió ser. Canales nada más empezar hace una carrera paralela a la de Joaquín hace unos meses sobre el mismo césped y su tiro raso se desvía de su camino hacia el gol por unos centímetro­s. Loren se encuentra con un regalo de Bono debido al resbalón del meta marroquí y el delantero se precipita cuando tenía todas las opciones del mundo de sacar petróleo de esa ventaja sobrevenid­a. El marbellí también apura para un tiro raso escorado y Boudebouz cocina con Junior una pared larga que acaba en su pie derecho con un remate tan centrado que Bono agradece la cortesía deteniendo un es-

Acciones Joaquín disparó al larguero en el 88, justo antes de que Mandi tapara ante Doumbia y Stuani se encontrara con un gran Pau López

férico que de ir a otra latitud se habría transforma­do en gol. Cuatro oportunida­des claras, muy claras, en el contexto de un 75 por ciento de posesión en algunas fases para un Betis marca de la casa: paciente, tejedor, con el riesgo preciso y con cierta falta de diente para morder. Esas dentellada­s son las que faltan para convertir el 0 en 1, 2 ó 3. Porque cualquiera que viera esos 45 minutos no tendría duda en señalar que el Betis es muy superior al Gerona, sobre todo a lomos de un Canales fortísimo en todas las parcelas y un Guardado acomodado con acierto en su posición de pivote, amén de un Sidnei imperial que se comió a Portu y todo su peligro.

Apenas generaba peligro el Gerona pero parece que despertó tras el gol de Loren, puesto que Stuani remató al palo un minuto después. El Betis aplica la pócima de la calma y el toque para calmar el ímpetu del rival. Junior marca pero es anulado por un fuera de juego dudoso. No sentencia porque el disparo de Joaquín desde la frontal bota en el larguero. El Gerona quema sus naves y tiene dos opciones de empatar. Lo que hubiera sido injusto. Una la salva Mandi lanzándose como un guardaespa­ldas protegiend­o a la víctima y Pau con una estirada de la que valen triunfos. Eso le dio más valor a tres puntos que permiten que quienes duden tengan otra oportunida­d para abrir los ojos.

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Guardado protege el balón ante la presión de Stuani, ayer en Montilivi
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Canales, uno de los mejores, controla ante Juanpe
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EFE/QUIQUE GARCÍA

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