ABC (Sevilla)

La UCI mayor de España consigue un índice de superviven­cia del 90%

Tiene la certificac­ión de calidad sanitaria en el nivel óptimo y un gran banco de datos que predice los riesgos del paciente y ayuda a tomar decisiones clínicas personaliz­adas y rápidas con el fin de reducir la mortalidad

- AMALIA F. LÉRIDA

Los pacientes están en unos boxes individual­es diseñados para su comodidad y éxito de la terapia La administra­cion de medicament­os, las radiografí­as y otras pruebas diagnóstic­as están digitaliza­das

Atiende al año a 3.000 enfermos críticos; en ella trabajan 400 profesiona­les; tiene un índice de superviven­cia del 90%; está las 24 horas del día alerta; ha conseguido la certificac­ión de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (Acsa) en el nivel óptimo, el segundo de los tres previstos en el modelo andaluz; y en 2017 su presupuest­o fue de 15,1 millones de euros, de los que más de 12 se dedicaron a personal. La UCI de adultos del Virgen del Rocío es un engranaje perfecto de tecnología y humanizaci­ón. Los recursos más avanzados y los profesiona­les con más arrestos se apoyan unos a otros en este sitio desconocid­o del hospital donde las personas no van a morir como pueda pensarse, sino a renacer.

Los enfermos proceden del quirófano, de una cirugía grave y compleja; de urgencias externas (accidentes, infartos, etcétera) y de urgencias internas, de quienes están en planta y sufren empeoramie­nto. También llegan de otros hospitales de distintas comunidade­s autónomas. La UCI está estructura­da en distintas unidades, con sus correspond­ientes especialid­ades, y en cada una de ellas la disposició­n es similar: un control central que divisa los boxes o habitacion­es individual­es en las que se recuperan los enfermos.

ABC estuvo en la de traumatism­os craneoence­fálicos y quemados críticos, además de en la de neurológic­os y politrauma­tizados de la mano de Francisco Murillo, director de la unidad de Cuidados Intensivos; José María Domínguez Roldán, jefe clínico de la UCI y María Isabel González Méndez, directora de Cuidados de la unidad de gestión clínica de Cuidados Intensivos.

Impresiona­nte. Impacta, conmueve, sobrecoge ver a un hombre con quemaduras en el 80% del cuerpo, a otro moreno aún del verano y muy joven, con tubos dentro del cráneo tras sufrir un accidente de moto y a una mujer de 90 años a la que también le estaban salvando la vida.

Los boxes se suceden. Si no fuera por la expresión de los enfermos se diría que todos son iguales, con camas que se mueven y giran para situarlos a la hora de asistirlos, sin molestias; con grúas que van por rieles para moverlos y un sistema que mide la temperatur­a, la presión del ambiente y los flujos para evitar especialme­nte las infeccione­s nosocomial­es.

Alrededor, todo son aparatos: sistema integral de perfusión de fármacos (inyección continua intravenos­a) sistema de monitoriza­ción de la presión intracrane­al... Los pacientes están permenente­mente monitoriza­dos, es decir, se están midiendo continuame­nte sus constantes, de las que hay decenas y decenas, según sea el enfermo y el tratamient­o.

Todo está diseñado para su comodidad y seguridad. Todo está digitaliza­do. Pero la gran revolución llegó hace unos años para quedarse. Se trata del llamado «big data» o banco de datos de pacientes, que han estado (desde 2016), están y llegarán al hospital y que está permanente­mente nutriéndos­e. A esa informació­n se le aplican algoritmos que permiten generar y proponer la terapia más adecuada para el paciente de la UCI y que ayuda a los profesiona­les en la toma de decisio-

nes clínicas personaliz­adas para reducir la mortalidad y las tasas de eventos adversos. «A esa mezcla de datos —explica Domínguez Roldán— nosotros le hacemos preguntas como, por ejemplo, qué tres variables cambian cuatro horas antes de que el paciente desarrolle un shock séptico (el asociado a infeccione­s) y te dice las tres variables más importante­s que se asocian en miles de pacientes a que va- yan a desarrolla­rlo. Por lo tanto, es una verdad que solo se puede saber tras analizar a miles de pacientes. Una vez que sabemos esto, establecem­os alertas y le decimos a las propias máquinas que tiene conectadas el paciente que nos avisen cuando las citadas tres variables coincidan con antelación suficiente para que podamos tomar medidas de tratamient­o y prevención. Son modelos de predicción porque ya hemos visto que a miles de pacientes antes de que, por ejemplo, les dé un infarto, presentan esta serie de síntomas». «Ya tenemos modelos —tercia González Méndez— pero no podemos fiarnos al cien por cien porque no tienen la precisión que queremos». En la UCI los profesiona­les no corren. Van sin prisas pero sin pausa. Alertas. Sin estrés, porque hay que tomar decisiones ciertas y rápidas.

Hacen vigilancia intensiva, tratamient­o intensivo y cuidados intensivos. Y todo para beneficio del enfermo. Con las más modernas tecnología­s. Las radiografí­as se las hacen con un equipo portátil que le llevan a pie de cama y el facultativ­o la controla desde su ordenador. La administra­ción de medicament­os está automatiza­da con lo que se evita cometer errores y en el almacén de fungibles la reposición periódica con el indicativo de una pegatina de color que denota que falta material garantiza la caducidad y el abastecimi­ento y además, ha liberado a personal que se encargaba de hacerlo de forma manual para dedicarse a la asistencia.

 ??  ??
 ?? FOTOS: J. M. SERRANO ?? La intimidad, el confort y la atención constantes son caracterís­ticas de los boxes de los enfermos. Se encuentran dotados de la más alta tecnología para poder ser asistidos y aseados. Los más graves pueden estar las 24 horas acompañado­s
FOTOS: J. M. SERRANO La intimidad, el confort y la atención constantes son caracterís­ticas de los boxes de los enfermos. Se encuentran dotados de la más alta tecnología para poder ser asistidos y aseados. Los más graves pueden estar las 24 horas acompañado­s
 ??  ?? Sala de trabajo de médicos. Cada año llegan de fuera de Sevilla más de 35 para aprender nuevas técnicas. Con ellos, con la bata blanca, Francisco Murillo, director de la unidad de gestión de Cuidados Intensivos
Sala de trabajo de médicos. Cada año llegan de fuera de Sevilla más de 35 para aprender nuevas técnicas. Con ellos, con la bata blanca, Francisco Murillo, director de la unidad de gestión de Cuidados Intensivos
 ??  ?? Al lado del enfermo, sistema integral de perfusión de fármacos junto a sistemas de monitoriza­ciòn de la presión intracrane­al
Al lado del enfermo, sistema integral de perfusión de fármacos junto a sistemas de monitoriza­ciòn de la presión intracrane­al

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain