El reloj inteligente de Khashoggi grabó su asesinato, según Ankara
Turquía asegura que los saudíes se dieron cuenta e intentaron borrar los archivos
Jamal Khasoggi cumplió 60 años en paradero desconocido y cada día fuentes anónimas filtran a los medios informaciones que refuerzan la hipótesis del asesinato. El periodista saudí, autoexiliado en Estados Unidos desde hace un año por sus críticas a la casa real, desapareció el 2 de octubre cuando se acercó al consulado de su país en Estambul para formalizar el divorcio de su primera mujer y poder así casarse con su prometida, Hatice Cengiz. La joven esperó fuera con el teléfono del periodista que, como medida de seguridad, habría activado la grabación de voz «en su reloj inteligente», según revelaron fuentes de la investigación al diario Sabah. «Las conversaciones durante su asesinato fueron grabadas por el reloj y enviadas al teléfono y al registro en la nube», lo que ha permitido a la Policía y los servicios de información turcos (MIT) obtener las pruebas del crimen. El rotativo aseguró que los agentes de inteligencia saudíes se dieron cuenta del reloj y trataron de borrar las grabaciones de la nube, pero no pudieron eliminar todos los archivos.
La existencia de esta supuesta grabación salió a la luz al mismo tiempo que saudíes y turcos pusieron en marcha el equipo conjunto para investigar lo ocurrido. Ante la creciente presión internacional y la falta de pruebas que certifiquen la versión saudí de que Khasoggi salió del consulado, el ministro del Interior del Reino, declaró que «lo que ha estado circulando sobre las órdenes de matarlo son mentiras y acusaciones infundadas contra el Gobierno del reino», pero no aportó prueba alguna. Desde el primer día se pide a Riad que muestre las imágenes de las cámaras de seguridad del exterior consulado, pero ese día «no funcionaban». Ante las filtraciones diarias a la prensa que refuerzan la hipótesis del asesinato, el ministro saudí recordó «la importancia del papel de los medios de comunicación en la transferencia de hechos» y pidió que su trabajo «no afecte a la investigación y los procedimientos judiciales».
Se estrecha el cerco
El cerco se estrecha sobre Riad y la primera consecuencia de la desaparición de Khasoggi la sufrirá el foro económico Future Investment Initiative (Iniciativa de Inversión Futura) que orga- Riad, entre el 23 y 25 de octubre, considerado como el «Davos del desierto». El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, así como varios medios de comunicación, como las cadenas estadounidenses CNBC y CNN y la agencia Bloomberg, ya han anunciado que cancelan sus asistencia. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, sin embargo, mantiene su visita, pese a que se mostró «horrorizada» por el caso del periodista.
A la cita de Riad también asistirá el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Menuchin, ya que Estados Unidos se encuentra ante todo un dilema porque se trata de su gran aliado en la región y el principal cliente de su industria militar.
El único mensaje de apoyo recibido hasta el momento por los saudíes fue el del ministro de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Anuar Gargash, para quien tonizará das las informaciones sobre el posible asesinato del disidente forman parte de «una campaña feroz contra Riad». Los emiratíes son los mejores aliados de Riad en la guerra de Yemen y en el embargo impuesto a Catar, país vecino al que acusan de «apoyar al terrorismo» en la región. La mima opinión tienen analistas próximos a la casa real saudí como Abdul Khaleq Abdulla quien escribió en las redes sociales que «el trágico caso de mi amigo Khashoggi está tremendamente politizado para obtener unos objetivos políticos ilegítimos. Es una persona leal y con fe en el país y nunca perdonará a quienes usan su nombre para dañar a Arabia Saudí».