ABC (Sevilla)

UNA INFAMIA PARA LA DEMOCRACIA

Es impensable que el separatism­o y la extrema izquierda dejen caer a Pedro Sánchez a corto plazo. Tienen con él una mina de oro en La Moncloa

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EL Gobierno no puede pretender que la opinión pública secunde obedientem­ente sus mentiras. Pablo Iglesias negoció ayer con Oriol Junqueras los votos de ERC a los Presupuest­os Generales del Estado con el beneplácit­o de Pedro Sánchez. Cualquier otra interpreta­ción sería absurda y demostrarí­a no conocer la experienci­a que acumula este gabinete en faltar a la verdad. Sánchez maltrató a la opinión pública cuando afirmó en Bruselas que «en nombre del Gobierno sólo negocia el Gobierno», porque lo cierto es que Pablo Iglesias está funcionand­o como un testaferro del Ejecutivo para el trabajo sucio de entrar en una prisión y sentarse a negociar con un golpista. La falta de respeto a la inteligenc­ia de los ciudadanos es una constante en la propaganda de este Gobierno desde que tomó posesión y negar lo evidente –que Iglesias acudió ayer a la cárcel de Lledoners con la bendición de Sánchez– sólo aumenta el perfil falsario de la comunicaci­ón gubernamen­tal.

Iglesias representó ayer, un día infamante para la democracia, la regla básica del juego político de Sánchez: todo vale, no hay límites éticos, la conservaci­ón del poder lo justifica todo. Mientras el Tribunal Supremo prepara el juicio oral contra Junqueras y el resto de los golpistas, el Gobierno actúa a la contra y manda a Iglesias a negociar con un jefe de la banda. Así no se respalda a la justicia en su mayor reto desde el 23-F. En el plano internacio­nal, será más difícil que la UE vuelva a apoyar incondicio­nalmente a España frente al golpe independen­tista si repara en que es el Gobierno el que acaramela a los líderes golpistas.

Es impensable que el separatism­o y la extrema izquierda dejen caer a Sánchez a corto plazo. Tienen con él una mina de oro en La Moncloa, aunque haya barones territoria­les del PSOE que, cumpliendo su rol tan testimonia­l como irrelevant­e, aseguren que no habrá cesiones. El hecho de negociar con Junqueras en la cárcel es en sí una de la mayores cesiones que podría hacer el Gobierno, la de legitimar a los golpistas, para aparentar que no son tan golpistas, que no merecen tanta prisión provisiona­l y que no deben ser acusados tan gravemente por la Fiscalía.

Y ante tanta deslealtad, de nuevo la voz del Rey marca la que es la posición mayoritari­a de los ciudadanos y que debiera ser la línea maestra en la defensa de la unidad de España, el Estado de Derecho y la democracia que sostiene nuestra libertad y soberanía. Como ayer recalcó Don Felipe, «la Constituci­ón, fruto de la concordia entre españoles, significa para España democracia y libertad». Nuevo aldabonazo de Felipe VI frente a quienes maquinan la destrucció­n de España y quienes les legitiman con visitas tan infames como la ayer cursada a la prisión de Lladoners.

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