Negociar con presuntos golpistas
CARTAS AL DIRECTOR
Hagamos un ejercicio de historia ficción y supongamos que existe el Ministerio del Tiempo y, en un viaje, estamos en el primera aniversario del 23 de febrero de 1981. Pues bien, ¿qué le parecería a los españoles que un representante del Gobierno de la Nación, o de un partido aliado de facto, como ocurre en este caso, hiciera una visita al ex teniente general Milans, al general Armada o al teniente coronel Tejero, ofreciéndoles negociar los Presupuestos Generales del Estado para el año 1983? Claro, me dirán que los golpistas de entonces no tenían una docena de diputados que fueran determinantes para sumar la mayoría de votos suficientes para aprobarse los PGE. Pero, salvo esa diferencia numérica, lo demás es idéntico: dos golpes de Estado y los dos afortunadamente incruentos, pero con la misma finalidad, destruir al Estado de Derecho y abolir la Constitución de 1978. Por lo tanto, me parece inadmisible que Sánchez autorice a su escudero, Pablo Iglesias, para que visite a un preso preventivo investigado por sendos delitos de rebelión y malversación de fondos públicos, castigados a penas de hasta 30 años de prisión, y con esa finalidad de conseguir votos. Por cierto, supongo que, en un tiempo razonable, el pueblo español sabrá qué ocurrió realmente el 1 de Octubre del 2017. Del 23 de Febrero de 1981, ya se sabe casi prácticamente todo. O quizás no. Cualquiera sabe... JULIO JOSÉ ELÍAS BATURONES SEVILLA