Una España de todos y construida por todos
Incluso Manuela Carmena, que ahora trata de guardar distancias con el núcleo duro de Podemos, se sumó a la larga ovación dedicada por las Cortes a los Reyes Juan Carlos y Sofía, cuya presencia en la celebración de ayer fue confirmada hace solo unos días y que, sin embargo, recibieron el agradecimiento de quienes representan y han representado en las últimas décadas la soberanía nacional. También Don Felipe tuvo que interrumpir su discurso cuando rindió homenaje a su padre por contribuir –dijo– a la consolidación de la Corona «de forma tan decisiva y determinante», y a su madre por su «apoyo permanente y comprometido». No faltaron los vivas al Rey y a España en un acto solemne en el que las palabras de Don Felipe, inspiradas por los padres de nuestra Carta Magna, sonaron como una llamada a la responsabilidad dirigida a los políticos actuales.
«La Corona está ya indisolublemente unida, en la vida de España, a la democracia y la libertad», dijo el Rey en un discurso en el que quiso reafirmar la vigencia de la monarquía parlamentaria, fórmula política que la izquierda intenta sustituir por un republicanismo cainita y nostálgico. Cuatro décadas después de la aprobación de la Constitución, Don Felipe abogó por «una España que es de todos, construida por todos y sentida y compartida por todos». Nadie quedó fuera en 1978 de un proyecto integrador que admite cambios, pero que no puede ser modelado a conveniencia de parte y con fines excluyentes. Ante su padre, pero también ante la Princesa de Asturias, el Rey apostó por un futuro abierto al cambio y que obliga a «vivir la realidad de cada momento, con espíritu crítico, pero siempre constructivo».