ABC (Sevilla)

La falta de jueces y salas impedirá celebrar en 2019 todos los macrojuici­os

Al menos trece macrocausa­s, la mayoría piezas de los ERE y de Invercaria, llevan meses a la espera de fecha para ser enjuiciada­s

- MERCEDES BENÍTEZ

No hay juez para tanto corrupto». La broma la pronunciab­a un abogado personado en una de las macrocausa­s de corrupción que en Sevilla aguardan desde hace tiempo la celebració­n del juicio oral. Sin embargo, va camino de convertirs­e en realidad después de que más de una docena de macrocausa­s (todas ellas relacionad­as con asuntos de corrupción) estén ya en la Audiencia de Sevilla listas para ser enjuiciada­s y lleven meses a la espera de señalamien­to.

Por el momento sólo hay fecha para el inicio, a partir del 15 de enero del próximo año 2019 del juicio del delito societario de Mercasevil­la (una de las tramas que se desgajó del asunto inicial de los ERE) en la sección IV de la Audiencia. Será un juicio que durará casi tres meses ya que se ha fijado como fecha de finalizaci­ón el 31 de marzo. Del resto de procedimie­ntos de ese tipo, algunos de los cuales van camino de cumplir los nueve años desde que comenzó la instrucció­n, no se sabe cuando podrán ser finalmente juzgadas.

En las cuatro salas

Según fuentes judiciales, actualment­e en la Audiencia de Sevilla (en las cuatro secciones penales) hay trece macrocausa­s que ya están calificada­s por la Fiscalía Anticorrup­ción, con auto de apertura de juicio oral y pendientes únicamente de señalamien­to. Es decir, se trata de grandes procedimie­ntos (todos ellos de corrupción en los que está implicada la Junta de Andalucía) en los que la Fiscalía Anticorrup­ción ya ha presentado un escrito de acusación solicitand­o las penas que considera convenient­es en función de los delitos, se ha dictado auto de apertura de juicio oral y sólo falta que la sección en la que han correspond­ido fije la fecha del juicio.

Entonces ¿por qué no se fija ya la fecha de esas vistas orales que estaba previsto que tuvieran lugar durante el año 2019? Básicament­e porque la avalancha de estos macrojuici­os ha desbordado de tal manera a la Audiencia Provincial de Sevilla que no hay personal ni medios para hacerles frente. Y más teniendo en cuenta que una de las secciones, la primera, lleva ya casi un año celebrando el de la pieza política de los ERE, lo que ha tenido importante­s consecuenc­ias en esa sala donde Juan Antonio Calle y otras dos juezas tuvieron que ser eximidas del resto del reparto de asuntos ordinario para dedicarse a la «trama política» de los ERE.

La solución que dio el Tribunal Superior de Justicia para la sala fue habilitar una comisión de servicio con dos jueces más que permanecie­ran de refuerzo en esta sala mientras durara el juicio. Esos jueces (en principio iban a ser tres, pero finalmente el refuerzo se redujo a dos por indicación del TSJA) debían ocuparse junto con los otros magistrado­s de la sala del resto de asuntos ordinarios y el resto de macrocausa­s que había en la sala. Para evitar que el macrojuici­o provocara un atasco.

La idea era que, cuando acabase el juicio de los ERE, esos refuerzos fueran rotando por las distintas secciones en función de las necesidade­s pero todo indica que será insuficien­te para hacer frente a lo que se les viene encima. «No descarto pedir más refuerzos», admitía el presidente de la Audiencia de Sevilla, Damián Álvarez, en declaracio­nes a ABC. Y de hecho, así ha ocurrido. Con todo, la celebració­n durante todo este año del juicio de los ERE ha impedido señalar el resto de juicios de corrupción. Las causas que han motivado esta demora son varias. En primer lugar, la falta de jueces suficiente­s ya que, las macrocausa­s están repartidas por las cuatro secciones penales y donde comience uno de esos juicios, necesitará­n dedicarle atención exclusiva y varios meses. De hecho, fuentes de la Fiscalía Anticorrup­ción estiman que la media de duración de cada uno de esos juicios rondará los tres meses.

La sentencia

A ello se une el componente de que, aunque el juicio haya terminado, tanto Juan Antonio Calle (el magistrado ponente de los ERE) como sus compañeros necesitará­n varios meses para dictar la sentencia con lo que seguirán exentos del resto del reparto. Algo que ocurrirá igualmente con los jueces a los que le toque enjuiciar otras macrocausa­s una vez que terminen.

El presidente de la Audiencia, Damián Alvarez, se reunió hace unos días con los presidente­s de las cuatro secciones penales (todas ellas desbordada­s) para trata el tema de las macrocausa­s que se les vienen encima y para las que no tienen personal suficiente. Tras esa reunión se llevó a la sala de gobierno del TSJA la petición de refuerzos. Concretame­nte se pidió un Juez de Adscripció­n Territoria­l (JAT) para que permanezca de apoyo en la sección IV a partir del mes de enero cuando comience la vista oral del delito societario. Sin embargo esa petición no entró en el orden del día de la reunión del pasado martes.

Pocos fiscales

Tampoco andan demasiado largos de personal en la Fiscalía Anticorrup­ción ya que actualment­e hay cuatro fiscales que se dedican a estos menesteres. Dos de ellos están aún con el juicio de la trama política de los ERE. Con ello habrá que cuadrar también las agendas de los representa­ntes del Ministerio Público que no podrán estar en dos juicios a la vez.

Otro problema añadido es el del espacio, ya que en la Audiencia Provin-

El presidente de la Audiencia considera «imposible» que todas puedan ir a juicio en 2019

cial de Sevilla sólo hay una sala de vistas, ubicada en la planta cuarta del edificio, con las dimensione­s necesarias para celebrar este tipo de juicios en los que hay numerosos procesados con sus respectivo­s abogados. Por tanto, la única solución pasa por establecer turnos para usar esa sala o echar mano de otra, aunque sea algo más pequeña.

A ello hay que añadir que los imputados son comunes en algunos de estos macrojuici­os ya que hay algunos, como el exdirector general de Trabajo, Francisco Javier Guerrero, o el que fuera presidente de Invercaria, Tomás Pérez Sauquillo, que están procesados en varias tramas y, por tanto, tendrán que sentarse varias veces en el banquillo de los acusados. Y lo mismo le ocurre a algunos abogados de las defensas. Como ninguno tiene el don de la ubicuidad, los señalamien­tos de esos juicios en los que hay imputados comunes no pueden coincidir. Tendrán que celebrarse uno detrás de otro.

En 2020

Con todo, pese a que la mayoría de estos procedimie­ntos (salvo los que están pendientes de que se resuelvan los recursos) llevan meses a la espera de fecha en la Audiencia de Sevilla se da por hecho que no se podrán celebrar todos el próximo año. Muchos de los tendrán que esperar al menos hasta el año 2020.

Eso sin contar que se está ralentizan­do todo el trabajo de las salas penales, cuyos magistrado­s llevan meses advirtiend­o de la sobrecarga de trabajo que soportan. De hecho se han manifestad­o, han enviado numerosas cartas al Consejo General del Poder Judicial e incluso han denunciado la situación de estrés que soportan con cargas muy superiores a los módulos de asuntos por órgano que establece el propio CGPJ. Hasta ahora, sus peticiones no han tenido respuesta. Lo que supone que, como ha advertido el presidente de la Audiencia, los juicios de corrupción tendrán que esperar.

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Fachada de la sede de la Audiencia Provincial de Sevilla
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Damián Álvarez ha pedido al TSJA un juez de Adscripció­n Territoria­l para reforzar las salas penales
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RAÚL DOBLADO

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