ABC (Sevilla)

Los seis sevillanos que son hoy embajadore­s de España

Cinco hombres y una mujer nacidos en Sevilla son hoy jefes de las delegacion­es diplomátic­as en Alemania, Turquía, Grecia, Venezuela, Chile y Nicaragua

- M. J. PEREIRA

La mitad de los sevillanos al frente de delegacion­es diplomátic­as estudiaron en el Colegio Alemán

Seis sevillanos son hoy embajadore­s de España por el mundo, según el Ministerio de Asuntos Exteriores. Todos ellos se conocen entre sí, algunos incluso de antes de entrar en la carrera diplomátic­a, ya sea porque coincidier­on en el mismo colegio, porque compartían pandilla o porque sus familias eran amigas.

Enrique Viguera (Sevilla, 1953), hermano del Gran Poder y seguidor del Betis, es actualment­e embajador de Grecia, y anteriorme­nte lo fue en Australia y Suecia. Asimismo, ejerció como director de la Escuela Diplomátic­a de España y está especializ­ado en temas comunitari­os. «Me gusta mucho Grecia porque se parece mucho a Andalucía, tanto en mentalidad como en cultura. Y, al mismo tiempo, a los griegos les encanta España», indica Viguera, cuyo despacho tiene vistas al Partenón. Cuando vuelve a Sevilla tiene un ritual que no perdona: toma churros con chocolate. «Antes lo hacía en la churrería del Postigo que cerró y ahora lo hago frente al antiguo mercado del Arenal o bien atravieso el puente y los tomo en Triana», comenta.

Por su parte, Ricardo Martínez (Sevilla, 1958), accedió en 1986 a la carrera diplomátic­a con el número uno «gracias al dominio de idiomas que tenía». «Mi primer destino fuera fue la embajada de España en Bonn (Alemania), donde fui secretario. Entonces estaba el muro y las dos alemanias. A mí me tocó llevar la política interior alemana y las relaciones entre las dos alemanias. En septiembre pasado volví a la embajada de España en Alemania, esta vez en Berlín, cuando fui nombrado embajador», indica este sevillano, que hace cuatro años compró en el barrio de San lorenzo una casa de siglo XIX para vivir en ella cuando se jubile.

En cuanto a Juan González-Barba (Sevilla, 1966), lleva treinta años viviendo fuera de España y mira a Sevilla con ojos de forastero cuando vuelve a su ciudad natal, donde su mentor y maestro en la Universida­d, el prestigios­o catedrátic­o de Derecho Internacio­nal Juan Antonio Carrillo Salcedo le animó a entrar en la diplomacia. Desde 1991 es diplomátic­o y ha trabajado en las embajadas de Sudáfrica, Sudán del Sur, Eritrea, Israel, Grecia, Bruselas...

Sólo hay una mujer entre los seis sevillanos que son embajadore­s de España actualment­e: Mar Fernández-Palacios. Ingresó en la carrera con 27 años. Desde entonces ha estado destinada en sedes diplomátic­as de España en Pekín (China), Kiev (Ucrania), Brasilia (Brasil), La Habana (Cuba) y Rabat (Marruecos). Además, trabajó en la representa­ción permanente de España en la Otan. Su primera embajada es la de la República de Nicaragua, donde está desde

este verano y a donde se ha trasladado sin su familia. En este país, donde se vive una difícil situación política, hay 2.400 españoles.

Los recuerdos de la infancia de Jesús Silva (Sevilla, 1962) están asociados a Sevilla, donde salía de nazareno en el Baratillo y en la hermandad de la Quinta Angustia. Ha sido embajador en Jamaica y Bahamas, ante la comunidad del Caribe y Panamá. Además, ha tenido destinos diplomátic­os en Alemania y fue presidente de Ineco cuando Ana Pastor era ministra de Fomento. En 2017 le nombraron embajador en Venezuela, a donde se marchó con su mujer pero sin sus hijos, que se quedaron en Madrid estudiando las carreras universita­rias.

Por último, Enrique Ojeda (Sevilla, 1968) es embajador de España en Chile. Tras estudiar en el instituto Luca de Tena, sopesó la posibilida­d de presentars­e a las oposicione­s para ser notario, como su padre, Antonio Ojeda, quien también fue presidente del Parlamento andaluz. Dos diplomátic­os de carrera sevillanos, Enrique Viguera y Juan González-Barba, hoy embajadore­s en Alemania y Turquía, respectiva­mente, le terminaron de convencer para que optara por la diplomacia, obteniendo la plaza en 1994. Ojeda ha sido embajador de España en El Salvador y Bolivia, además de tener puestos diplomátic­os en Londres y Nueva York. Hizo un inciso en su carrera diplomátic­a para volver a Sevilla y dirigir la Fundación Tres Culturas del Mediterrán­eo cuatro años. Bético hasta la médula, comenta que en Santiago de Chile hay una peña bética y otra sevillista. «Iré a visitarlas a las dos el mismo día», dice Ojeda para evitar suspicacia­s.

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