ABC (Sevilla)

Nueva pitada a Sánchez al llegar al Congreso: «¡Fuera, fuera!»

El expresiden­te del Gobierno Mariano Rajoy fue recibido entre ovaciones

- G. CARO

No fue bien recibido, ni mucho menos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no despertó ayer la simpatía de los ciudadanos que se amontonaba­n tras las vallas de seguridad a la entrada del Congreso en el 40º aniversari­o de la Constituci­ón. Los leves aplausos al líder socialista quedaron ocultos bajo el baño de abucheos y gritos de protesta que el tumulto de curiosos lanzó mientras esperaba a los asistentes al acto.

«¡Dimisión!, ¡dimisión», fue lo que se empezó a escuchar cuando Sánchez bajó del coche oficial. La pitada no le importó y el presidente del Ejecutivo siguió caminando, impasible, ante los abucheos de unos ciudadanos que siguieron coreando un «¡Fuera, fuera!». Más tarde, en los corrillos del hemiciclo, hubo quien afirmó que todo era una fechoría de los militantes de Vox, que se habían mezclado entre la gente para dejar clara su opinión del líder de los socialista­s y su malestar por no estar invitados.

Aun así, la situación pareció no afectar a Sánchez quien sonrió y se acercó a saludar a la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, al presidente del Senado, Pío García Escudero, y a los del Tribunal Supremo y el Tribunal Constituci­onal, Carlos Lesmes y Juan José González Rivas. Las autoridade­s del Estado esperaban a los invitados bajo la atenta mirada de los leones de bronce de la puerta de la Plaza de las Cortes. El resto de minutos hasta el arranque fueron pitidos y más pitidos, y un presidente del Gobierno risueño haciendo frente a una situación desagradab­le. Nada nuevo para Sánchez porque el escenario de ayer se ha repetido en los últimos actos institucio­nales a los que ha acudido.

Desfile del 12 de Octubre

Lo cierto es que el pasado 12 de Octubre vivió un mal trago similar durante el desfile de las Fuerzas Armadas. A su llegada y durante el saludo protocolar­io a Don Felipe tuvo que escuchar cómo el público le exigía entre gritos que convocara elecciones generales o le llamaba «okupa».

A principios de octubre a Sánchez también se le hizo larga una carrera ciudadana en Alcobendas entre regañinas y felicitaci­ones. «Que se caiga del guindo de una vez y que sepa lo que es España, que España es lo que es y no lo que él quiere que sea», protestó allí un participan­te.

El presidente del Gobierno, no obstante, no fue el único que tuvo una entrada agridulce al Congreso. Ayer se desató una carambola de ovaciones y reproches. Críticas para el expresiden­te José Luis Rodríguez Zapatero y para Felipe González, pero cumplidos para José María Aznar. Eso sí, la ovación más grande la recibió el expresiden­te del Gobierno Mariano Rajoy, que acudía a la Cámara Baja por primera vez desde que fue derrotado en la moción de censura impulsada por Sánchez.

La acogida a Don Felipe y Doña Letizia fue mucho más cálida: aplausos y vivas al Rey. Por primera vez en 116 años ha asistido dos Reyes juntos al Congreso de los Diputados. Y la ocasión no era para menos.

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EP Pedro Sánchez, ayer en los alrededore­s del Congreso de los Diputados

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