Macron se ve impotente para frenar a los chalecos amarillos
Emmanuel Macron ha pedido socorro a todos los actores posibles para intentar evitar el nuevo fin de semana de enfrentamientos y violencias que teme toda Francia, cuando la crisis de los chalecos amarillos ha comenzado a inquietar al resto de Europa.
Al final del consejo de ministros de ayer, el presidente de la República pidió a todos sus ministros que «vayan menos a la televisión y estén más presentes en la calle para explicar nuestra política».
Sentado ese principio, Macron pidió a su portavoz oficial que hiciese pública esta comunicación: «Pedimos a todas las fuerzas políticas y sindicales, a la patronal, que lancen llamamientos claros y explícitos a la calma. El momento que vivimos no es el de los enfrentamientos y la oposición; si no el de la defensa de la República». Se trata de un acontecimiento muy raro en la historia de las crisis nacionales: un jefe de Estado que no duda en pedir ayuda y socorro a todas las fuerzas políticas y sociales, con el fin de evitar que se agrave la crisis que el mismo Macron no ha dudado en dramatizar al rojo vivo: «Se temen actos de gran violencia, con la presencia en París de un núcleo duro de personas dispuestas a romperlo todo, incluso a matar».
Este llamamiento coincidió con el anuncio por parte de la izquierda –que aglutina a socialistas, comunistas y de Francia Insumisa– de que el lunes presentará una moción de censura contra Macron.