Sevilla, preparada para responder a una catástrofe
El plan del Virgen del Rocío implica a más de 8.400 personas sólo en el hospital, que se coordinarían con otras entidades y efectivos públicos
Que haya listas de espera, masificación en las urgencias, falta de camas hospitalarias y de personal sanitario en determinadas épocas del año no quiere decir que Sevilla no esté preparada para atender a heridos en caso de una catástrofe.
Todo lo contrario. El Virgen del Rocío tiene un Plan de Atención a Múltiples Víctimas de 2016 que se ensaya y actualiza periódicamente y que consiste en evacuar a pacientes hospitalizados que no requieran cuidados urgentes para disponer de camas, suspender las operaciones quirúrgicas programadas para tener despejados los quirófanos y recepcionar a las víctimas para redirigirlas a las distintas aéreas de asistencia, según su complejidad.
Es decir, el plan reordena los recursos disponibles que varían según la envergadura del incidente. Inicialmente cuenta con el personal de presencia física y, si hace falta con localizados, hasta un total de 52 médicos (33 adjuntos y 19 MIR) 28 enfermeras, 14 auxiliares, 8 celadores, 7 personas de seguridad y otros tantos de mantenimiento (fontanero, electricista .... ). A ello hay que sumar el que está de descanso y que participa sin dudarlo de forma altruista, como ya se ha demostrado en las ocasiones que se ha activado.
Más de 8.000 trabajadores
Implica pues a los 8.409 trabajadores del Virgen del Rocío que en teoría deberían conocer el plan a los 51 quirófanos del centro a todos los espacio disponibles y servicios como Anestesiología, Diagnóstico por la Imagen, Cuidados Críticos y Urgencias, Hematología y Hemoterapia, Cirugía General, Traumatología, Neurociencias, Cirugía Plástica y Grandes Quemados y la Coordinación de Trasplantes. Eso sin contar que también colaboran los otros tres hospitales públicos —Virgen Macarena, Virgen de Valme y el de Bormujos— además de los de alta resolución comarcales que serán incluidos en la nueva revisión.
Por tanto, no tiene coste añadido de personal alguno salvo los recursos que se consuman, que dependen del volumen y la complejidad de las víctimas. Para que se active el plan, según la doctora Ana Díez Naz, jefa de sección de Urgencias de Traumatología y una de las personas que han colaborado en la elaboración del documento, tiene que haber más de tres víctimas en estado crítico y diez graves.
Puede ser una colisión múltiple como tantas que hay, un accidente aéreo, una explosión por un atentado o un autobús que va a Matalascañas y vuelca. Además, según el jefe clínico de la UCI de adultos, José María Dominguez Roldán, las alertas pueden ser restringidas, ampliadas y generalizadas, y en este caso se tiene que recurrir a los citados hospitales.
Los dos coinciden en afirmar sin dudarlo que «Sevilla sí está preparada para atender a una gran catástrofe». Pero ¿qué pasa en el Virgen del Rocío cuando hay una alerta?, ¿quién la da?, ¿cómo? Imaginemos uno de esos siniestros al que llega el 061.
Aquí empieza la operativa. Sus efectivos hacen una primera estimación según sea el escenario trágico que tienen delante y realizan una llamada a un número de emergencia del Virgen del Rocío que la redirige al jefe de la guardia que evalúa los daños. Luego, mientras el 061 hace una primera clasificación con la hoja de dispersión hospitalaria en la mano —es uno de los documentos del plan para repartir a los afectados a los diferentes hospitales en función de las lesiones — y el triage de las víctimas con etiquetas de colores — negra para fallecidos, rojas para los más graves, amarillas para los moderadamente graves y verdes para los leves— en el Virgen del Rocío ya está la alerta activada también. El jefe de la guardia ya ha llamado a centralita para que avise a todas las personas que tienen que saber que el plan está activado. Los móviles corporativos empiezan a sonar y enviar mensajes: «Se ha activado el plan acuda al área de Urgencias», (de Traumatología). Cuando llegan reciben la hoja
de funciones y, si
hace falta, más personal se llama a los que están localizados, incluido el equipo de trasplantes. Mientras tanto el 061 está evacuando en el lugar del suceso, en el hospital el personal de seguridad está despejando los accesos; dentro en la sala de espera de pacientes otro equipo les explica que deben irse a sus casas mientras que en las plantas dan altas a los que pueden dársela por su estado y se avisa a las familias.
Los quirófanos se detienen porque se suspenden todas las intervenciones programadas hasta nuevo aviso. Los celadores también están actuando y el personal de limpieza y de la zona de Rayos. Los efectivos que han de activar el protocolo de transfusión de sangre masiva también están alerta así como en la UCI de adultos en donde a pesar de que suele haber siempre, en situaciones normales, un 10% de camas que se renuevan cada día, según José María Domínguez Roldán, las necesidades pueden aumentar y, entonces, hay que actuar.
El 061 conduce a las víctimas al hospital Virgen del Rocío. Llegan clasificadas con sus etiquetas de colores (o no porque algunas se autoevacuan) y puede haber otra reclasificación. En la puerta se forman equipos que atenderán a cada grupo de etiquetas en distintas localizaciones del aérea de Urgencias o en otras de asistencias que estarán dotadas con los equipos necesarios.
Así, funciona este plan que data de 2004 y que consta de un anexo para la atención a quemados y otro para niños, además que con la ayuda de la unidad de Descontaminación para accidentes biológicos, radiológicos y químico. Se pone en marcha en función de los niveles de alerta pero siempre al alza porque ya habrá tiempo de dar marcha atrás. Afortunadamante, todavía no se ha activado en toda su extensión.