Condenado por prenderle fuego a la casa de un vecino en venganza

Le acusaba de haber incitado a su mujer a que lo denunciara por violencia machista

El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de cuatro años y ocho meses de prisión para un vecino de Castilblanco que en 2012 se quiso vengar de otro residente y provocó un incendio en el jardín de su casa. Además, se cebó con los animales que había en la parcela, matando a un perro, hiriendo a otro y retorciéndole el cuello a dos gallos. La rápida intervención de los bomberos impidió que el incendio acabara propagándose a la vivienda donde se encontraba en ese momento la mujer del vecino a quien iba dirigida la venganza.

Los hechos ocurrieron en la noche del 25 junio de 2012, pero han tardado en juzgarse casi seis años. Entre otras circunstancias que no han ayudado a la agilidad del procedimiento ha sido la actitud del procesado, quien hizo caso omiso a las citaciones judiciales. Así, tuvo que ser detenido después de que no compareciera en el juzgado para declarar como investigado. Posteriormente, se dictó una orden de búsqueda y captura porque no acudió al juicio. Tras ser localizado y arrestado por última vez, fue enviado a prisión provisional. Desde entonces se encuentra recluido.

El TS ha desestimado el recurso que planteó la pasada primavera el acusado, quien fue sentenciado por la Audiencia Provincial de Sevilla por los delitos de incendio, maltrato animal y tenencia ilícita de armas, según recoge la sentencia que se ha hecho pública esta semana.

Una pira en la puerta

En el relato de hechos probados se detalla cómo el condenado se internó de noche en la parcela de sus víctimas, le prendió fuego a varios elementos del jardín como una mesa y dos bancos, y llegó a apilar varios troncos y trozos de madera junto a la puerta de entrada, prendiéndole fuego a la pira que había confeccionado. «Antes de abandonar el lugar, el acusado arrancó la instalación de gas butano situada en la parte trasera de la vivienda, causando una fuga del gas», detalla la sentencia.

Antes de originar el fuego, le provocó graves lesiones en el hocico a un mastín que acabó muriendo, mató dos gallos e hirió en una pata a otro perro que había en la propiedad.

Cuando el humo comenzó a entrar en la casa, una de las víctimas se percató de lo que estaba ocurriendo y llamó a los bomberos. En la sentencia se recoge que el condenado se la tenía jurada al matrimonio porque la esposa lo había denunciado por un delito de violencia machista. Una denuncia que fue finalmente archivada. Según recoge el TS, no consta que el esposo le animara a seguir con el procedimiento como sostenía el condenado.

El recurso planteado por la defensa se basaba principalmente en la supuesta falta de pruebas y que la condena se había sustentado «en meras declaraciones y deducciones». El TS considera que la declaración de la vecina, que pudo salir ilesa del incendio, es suficiente material probatorio, ya que fue un testigo directo de los hechos. «La testigo narró con todo lujo de detalles lo sucedido y su versión ha sido corroborada por la declaración de su esposo y por las efectuadas por dos agentes policiales que acudieron al lugar de los hechos inmediatamente después de lo ocurrido».