ABC (Sevilla)

SÁNCHEZ SE SUPERA

- IGNACIO MARCOGARDO­QUI

Pedro Sánchez se supera a sí mismo. Ahora ya no solo rectifica sus decisiones, sino que también rectifica sus rectificac­iones. ¿Alguien da más? Repasemos. Poco tiempo después de llegar a La Moncloa inició los trámites para elaborar sus presupuest­os, algo normal en cualquier gobierno y que, para él, tenía el interés añadido de garantizar el buen término de su prodigiosa legislatur­a. Un valor supremo al que está dispuesto a sacrificar cualquier principio y a tragar cualquier carro o carreta que le pongan en el plato. Luego, a mediados del mes de noviembre, dijo que no iba a hacerlo pues la situación política se había complicado y era consciente de carecer de los apoyos necesarios entre su troupe multicolor. Lo anunció en Guatemala, dado que la distancia amortigua las preguntas difíciles que acompañan a las noticias incómodas.

Bueno, pues este martes, dos días después de las elecciones andaluzas, ha dicho que en enero presentará sus cuentas. No es fácil averiguar su intención última. Se ha dicho que intenta presionar a su troupe y obligarle a elegir entre él y el trío PP/Cs/Vox. Como si quisiera trasmitir la idea de que, «si yo soy malo, lo que viene detrás es mucho peor». Si es así, se vuelve a equivocar. El PNV le apoyará en cualquier circunstan­cia, pues teme el renacer del centralism­o. Los de PDECat amagan con morder el anzuelo, pero los de ERC ya han dicho que no y tienen claro el orden de las cosas: «Primero lo mío, después lo tuyo».

Pero digo que se equivoca porque la aprobación de las cuentas solo es posible con la reedición de la alianza que se formó para echarle a Rajoy. Y, como han enseñado los resultados de las elecciones andaluzas, son precisamen­te esas amistades y esas alianzas las que no gustan fuera de Cataluña y las que han castigado con saña a Susana Díaz. Es decir, si gana los presupuest­os, perderá las próximas elecciones.

¿Le merece la pena? Así que amagará con los presupuest­os para trasmitir la sensación de que gobierna con normalidad, pero hará lo imposible para que no se los aprueben para dejar claro que defiende al país frente a quienes pretenden hundirlo. Eso, salvo que vuelva a rectificar su rectificac­ión rectificad­a y ni siquiera lo intente. Con él, todo es posible.

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