Bisbal-Zanetti, la pareja que no quiere ser popular
La suya fue una boda casi de tapadillo: sin previo aviso, con los invitados justitos y sin alaracas ni oropeles. A la medida para un escenario tan recio como los Claustros de Ayllón (Segovia). De hecho, los mismos protagonistas de la única fotografía que se vio del enlace, celebrado a comienzos del pasado verano, casi resultaban una rareza entre esas piedras centenarias: David Bisbal, con un esmoquin de lana y seda en azul noche de la sastrería Félix Ramiro, que combinó con unos zapatos de charol; y Rosanna Zanetti, bellísima con su vestido de Pronovias de pronunciado escote. De una pareja tan exuberante se esperaba menos minimalismo y más relumbrón, pero el cantante almeriense y la modelo venezolana han hecho de la contención virtud y, más allá de que los rifirrafes con Elena Tablada les desbordaran, su intimidad es coto cerrado. Lo dejaron claro cuando se hicieron pareja de hecho en febrero de 2018 –la noticia se filtró desde el propio Ayuntamiento de Ajalvir (Madrid), donde presentaron los papeles–, y lo evidencian ahora que esperan su primer hijo, mostrando a cuentagotas las ecografías de su retoño.
Acaso los viejos y fracasados amores fueron una suerte de escarmiento para Bisbal y Zanetti, un estímulo para mantener la boca cerrada. Cuando se supo que la venezolana había entrado como un torbellino en la vida del artista, Víctor Muñoz, un habitual en la crónica social caraqueña, se lamentó de que Rosanna le dejara plantado sin previo aviso después de serle infiel.
El historial de Bisbal, por su parte, tuvo un antes y un después de su paso por «OT», en 2001. Antes, con las novietas de rigor; después, con un mediático noviazgo con Chenoa del que se enteró, boquiabierta y desde el salón de su casa, la mujer con la que compartía su vida por aquel entonces: la cantante malagueña Raquel Segovia, con quien hacía los bolos de pueblo en pueblo, y de fiesta en fiesta, a bordo de la orquesta Expresiones. Raquel dio carpetazo a su efímera vida de artista y se buscó las lentejas en una clínica dental.
Con Chenoa formó la pareja más intensa del momento, pero la distancia abrió un abismo entre ambos que el tiempo no ha conseguido estrechar: aunque aseguró que pretendía susurrarle al oído, David Bisbal le hizo a Chenoa una «cobra» como Dios manda en el reencuentro de los chicos de «OT», en 2016. Ya entonces bebía los vientos por Zanetti, tras siete años de convivencia con Elena Tablada y devaneos con otras bellezas como Raquel Jiménez, Zuleika Rivera o Eugenia Suárez. Solo Rosanna conquistó su corazón.