Calle Cardenal Amigo
Chisporroteos
La jugada ha salido perfecta. Al final, la calle que llevará el nombre del cardenal es la primera que propuso el Ayuntamiento, el tramo de Placentines que va desde la esquina de Palacio hasta Alemanes. Hace años, cuando se consultó a la Mitra la respuesta fue el silencio, ya que en el interior de los muros se produjo un cortocircuito. Cosas que pasan. Hace poco, cuando tras muchas opciones se acuerda que la rotulación se lleve a la plaza que hay junto a la parroquia de San Isidoro, la que huele a pizza carbonara y barbacoa, se arma un jaleo porque el espacio es de la Iglesia y no del municipio. Fue entonces cuando el alcalde y el arzobispo acordaron volver al principio. Su Eminencia tendrá para sí una calle histórica, aquella que poblaron los italianos de Piacenza que acompañaron a Fernando III en la conquista, por la que suelen pasar 41 cofradías en Semana Santa.
Distensión. El «whatsapp» de la Candelaria y la proclama del Dulce Nombre, al poner en evidencia el espíritu combativo de varias cofradías del Martes han provocado el efecto rebote y tímidamente se ha abierto otro escenario. Están dispuestos a escuchar propuestas del Consejo distintas al Santo Martes como confirmó esta semana José Luis Maestre, hermano mayor de San Benito. La primera reunión entre el delegado Daniel Perera y los hermanos mayores será tras el puente. Cualquier acuerdo tiene que llegar rápido, ya que hay cofradías cuyos cambios de recorrido debe ser aprobado por el cabildo general.
Y tensión. En los pocos días que lleva abierta Santa Catalina se ha vivido un episodio que demuestra la de cosas irracionales que es capaz de hacer el ser humano. Tras una discusión con el párroco, el hermano mayor del Carmen pega un salto, baja a la Virgen del altar de cultos y amenaza con llevársela. ¿Qué asunto tan grave de índole económica ocurriría para que el carmelitano sufriera tal arrebato? Seguramente nada grave. Para ser responsable de algo hay que tener los nervios templados, no en ebullición como una olla de garbanzos.
Como suele ocurrir desde hace años, el besamanos más controvertido por las opiniones encontradas que suscita es el del Beso de Judas. Han montado doce apóstoles tras la Virgen del Rocío en una representación de Pentecostés en pleno Adviento, que como comenta un cura, es lo mismo que poner un belén en verano. Hay que admirar el inmenso esfuerzo de la priostía, pero tal vez sea otra concesión al escaparatismo.
Para no perderse. Mañana lunes está prevista la presentación de la primera novela de Jesús Creagh: «La profecía de Sevilla» (Almuzara), donde se mezcla el yihaidismo con las cofradías. El martes, Luis León recibe en El Amor el nombramiento de capataz perpetuo. El miércoles será la primera audición del nuevo disco de las Cigarreras. Y el viernes, el pregón navideño del Baratillo a cargo de Ricardo Ríos.
La purísima. Y como broche de estos días, el gran óleo de Ricardo Suárez para Cajasol. Es un ejemplo de cómo una iconografía tan clásica puede tener un tratamiento moderno y actual.