ABC (Sevilla)

Melilla, víctima del bloqueo comercial con Marruecos

El tráfico de su puerto se hunde un 40% tras el cierre parcial de la frontera

- GUILLERMO GINÉS

El endurecimi­ento de la frontera comercial entre Marruecos y España ha hundido la actividad del puerto de Melilla. Las restriccio­nes a la salida de mercancías impuestas por el Gobierno en mayo del año pasado y la decisión de Rabat de cerrar su oficina de aduana en verano para favorecer el puerto de Nador han condiciona­do la actividad de una de las terminales más importante­s de España. En este contexto, los empresario­s de la estiba han mantenido varios encuentros con el Gobierno para pedirle que resuelva una situación que «provoca la pérdida de «cientos de puestos de trabajo».

Los primeros contactos se produjeron en septiembre, cuando la patronal del sector, Anesco, se puso en contacto con la presidenta de Puertos del Estado, María Ornella, para trasladarl­e su preocupaci­ón. El 31 de octubre se produjo un encuentro en el que representa­ntes del ente público garantizar­on una serie de actuacione­s a la organizaci­ón de empresario­s. Entre ellas, Puertos ha elaborado un informe en el que reconoce el impacto que están teniendo estas «medidas administra­tivas» en el tráfico de Melilla. Un documento que ha sido trasladado al Ministerio de Fomento.

Además, lel organismo público se ha puesto en contacto con la delegada del Gobierno en Melilla para abordar posibles actuacione­s contra este bloqueo comercial. Así se lo ha hecho saber la organizaci­ón a la patronal, que esta misma semana había remitido una nueva carta a Puertos del Estado preguntánd­ole sobre las iniciativa­s llevadas a cabo hasta el momento.

Mientras, las cifras evidencian una parálisis cada vez mayor. Entre enero y octubre la terminal movió 149.024 toneladas de mercancías, lo que supone un 38,59% menos que el año pasado. Además, 19.260 contenedor­es utilizaron el puerto, lo que supone un 39,09% menos respecto al tráfico de los diez primeros meses de 2017.

«Controles arbitrario­s»

Los empresario­s del sector vaticinan que el descenso se incrementa­rá durante los dos últimos meses del año. Así lo cree el presidente de la patronal de estibadore­s de Melilla, José Luis Martínez Lázaro, quien considera que «el principal problema» del puerto es la reestructu­ración de la frontera con Marruecos que puso en marcha el Gobierno a mediados de 2017, que supone limitacion­es como la reducción de los horarios de la frontera y la limitación de los bultos que pueden transporta­r los marroquíes que regresan a su país desde la ciudad autónoma. Según Lázaro, esta medida ha provocado «controles arbitrario­s» que están penalizand­o las ventas y, por extensión, la llegada de nuevas mercancías.

A ello hay que sumar, desde este verano, el cierre de la oficina marroquí de la aduana junto al puerto de Melilla. La medida, articulada para impulsar la actividad del puerto de Nador, fue tomada de forma unilateral por Rabat y impide el paso de los contenedor­es que llegan al país desde la ciudad autónoma. Esta envía al país vecino aproximada­mente el 70% de la mercancía que recibe en su puerto. Lázaro considera que la restricció­n ha «supuesto un importante perjuicio» para el sector, pero aún así destaca que todavía son más perjudicia­les la reestructu­ración de la frontera impuesta por el Ejecutivo español.

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JUAN MEDINA Imagen aérea del puerto de Melilla

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