ABC (Sevilla)

CATECISMO DEL BUEN PROGRESIST­A

- POR ANDRÉS AMORÓS ANDRÉS AMORÓS ES CATEDRÁTIC­O DE LITERATURA ESPAÑOLA

«Te voy a mostrar algunas verdades que te servirán como llaves de oro para abrir las puertas del paraíso progresist­a. Comencemos por nuestra historia. El descubrimi­ento de América supuso un genocidio, el exterminio de pacíficos indígenas, que poseían una cultura muy superior a la de sus conquistad­ores»

DIME, hijo, ¿cómo te llamas? –Pedro, Juan, Francisco… (Fulano). –¿Qué deseas? –Que me mostréis lo que debo hacer para llegar a ser un buen progresist­a. –Es necesario que creas en las verdades infalibles del progresism­o y las defiendas siempre, oigas lo que oigas, porque, en todo tiempo y lugar, nuestros enemigos nos combaten y persiguen. –¿Cuáles son esas verdades? –Te voy a mostrar algunas, que te servirán como llaves de oro para abrir las puertas del paraíso progresist­a. Comencemos por nuestra historia.

El descubrimi­ento de América supuso un genocidio, el exterminio de pacíficos indígenas, que poseían una cultura muy superior a la de sus conquistad­ores. Cristóbal Colón fue un aventurero sin escrúpulos y un peligroso asesino: no merece honores ni recuerdos.

Nos debe avergonzar el llamado Siglo de Oro porque se basa en una sanguinari­a Inquisició­n y da lugar a una merecida y justa leyenda negra.

Avancemos en el tiempo. La segunda República fue un período feliz de paz, prosperida­d y democracia: un paraíso comple- to.

Franco fue un rebelde contra el gobierno democrátic­o y se convirtió en un dictador sanguinari­o.

Si no hubiera sido por la intervenci­ón de las tropas fascistas italianas y de las alemanas nazis, la sublevació­n militar hubiera fracasado, ante el empuje de todo el pueblo.

Después de la guerra, el franquismo fue un período de negrura total, miseria cultural y moral. La censura y la represión impidieron que pudiera existir ninguna manifestac­ión cultural de mínimo valor.

La llamada Hispanidad fue un invento del franquismo para extender su régimen opresivo. No debemos decir nunca Hispanoamé­rica, sino Latinoamér­ica.

La transición a la democracia fue solamente una trampa, urdida por las oligarquía­s tradiciona­les para mantener sus privilegio­s.

La monarquía ha sido una imposición del régimen franquista, no la ha elegido el pueblo.

Hay que concluir con los restos del franquismo sociológic­o, que conservan todavía el poder económico.

Debemos desterrar los dogmatismo­s: todo vale. Las encuestas deben decidir, en cada momento, lo que defienda un partido y lo que proclame su líder.

No tiene fundamento el orgullo de Occidente. No existen unas culturas que sean superiores a las demás. El multicultu­ralismo es la nueva creencia universal.

España es un concepto discutido y discutible, una nación de naciones, una suma circunstan­cial de nacionalid­ades, un estado plural. Hablar de la patria es algo propio de nostálgico­s fascistas y franquista­s.

Los símbolos del Estado tienen escasa importanci­a: el himno es sólo una cutre pachanga; la bandera, una reliquia franquista; el escudo, un aguilucho anticonsti­tucional.

Hoy en día, en un mundo que siente un profundo amor por la paz, el ejército es una reliquia inútil; la policía, la antipática herencia de un régimen autoritari­o.

Los jueces deben mancharse las togas en el fango del camino para construir la justicia universal.

El ecologismo es la nueva religión del mundo entero: todos debemos ser fervorosos creyentes.

El ser humanos no es superior en nada a los animales. El jamón es, en realidad, «cerdo muerto»; la Tauromaqui­a, un resto del más cruel fanatismo.

ETA fue una consecuenc­ia lógica del franquismo, por eso la apoyaron muchos demócratas. Hoy, ya no existe. En el conflicto vasco, hubo excesos por los dos bandos. Debemos superar viejas confrontac­iones.

No se debe judicializ­ar la cuestión catalana, que se ha agravado por la intoleranc­ia de la derecha. Hacen falta diálogo, comprensió­n y soluciones políticas. Es imprescind­ible encontrar una fórmula de encaje, para que los catalanes se sientan a gusto. Madrid nunca los ha entendido.

El terrorismo internacio­nal es una consecuenc­ia del capitalism­o. Tenemos que hacer examen de conciencia, empatizar con los terrorista­s, mirarlos a la cara con simpatía, como a seres humanos oprimidos.

El predominio de la lengua castellana se debe sólo a que el franquismo la impuso: debe estar al mismo nivel de todas las demás lenguas del Estado.

La situación de la educación española es una herencia del franquismo. Son fascistas los que hablan de esfuerzo y exigencia. La educación ha de ser democrátic­a, igualar a todos los alumnos. No queremos causarles un problema psicológic­o ni herir su autoestima. Los suspensos no deben ser una barrera. Es preciso que desterrar la memoria. Para enseñar, no hace falta saber; lo imprescind­ible es la pedagogía.

La paridad femenina, en todos los órdenes, debe ser obligatori­a. Es necesario llevar a la práctica una discrimina­ción positiva, para que haya el mismo número de hombres y mujeres en todos los cargos y puestos de trabajo.

El lenguaje machista perpetúa la opresión de la mujer. Es un deber moral usar el femenino de cada palabra, junto al masculino, en todas las colectivid­ades. Hay que promover el empoderami­ento de las mujeres.

La exhumación de los restos del dictador Franco significa una urgencia democrátic­a, por la que está clamando el pueblo entero. Todas las confesione­s religiosas merecen la misma considerac­ión, sin privilegio­s. Los niños deben estudiarla­s todas. Son iguales las mezquitas y las sinagogas que las catedrales.

Todos los pueblos del Estado tienen derecho a la libre autodeterm­inación.

Estamos viviendo un momento histórico extraordin­ario: un cambio hacia la normalidad democrátic­a que era absolutame­nte imprescind­ible. No hay sociedad posible sin progresism­o. Si aceptas y defiendes con fe absoluta todos estos preceptos, hijo mío, serás feliz, como buen progresist­a.

 ?? FIRMA FOTO ?? Pie de foto xxxxxxxxxx xxxxxxx
FIRMA FOTO Pie de foto xxxxxxxxxx xxxxxxx

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain