Las gilipolleces de PETA
No ha caído en saco roto entre el vecindario que la ONG «Personas por el Trato Ético de los Animales» (PETA) pida que se acabe con el uso de términos ofensivos hacia los animales y dice que algunas de las expresiones que se usan en nuestro refranero son racistas y hasta homófobas. Las gilipolleces no pueden ir más lejos cuando se quiere sustituir expresiones como «Matar dos pájaros de un tiro» por «Alimentar dos pájaros con un bollo»; «Coger el toro por los cuernos» por «Agarrar la flor por las espinas»; «Ser conejillo de indias» por «Ser un tubo de ensayo»; «La curiosidad mató al gato» por «La curiosidad emocionó al gato». Mientras tanto se sabe que esa misma ONG mata una media del 85% de los animales que tiene a su cuidado en un refugio que posee en Virginia (USA), y que llegó a aceptar pagar 50.000 dólares en un acuerdo extrajudicial por haber arrebatado y matado el perro chihuahua de una familia sin su autorización. Y digo al principio que el vecindario se ha tomado a chacota esos deseos de los animalistas, cuando he preguntado a personas de mi entorno su opinión sobre este asunto, y unánimemente han respondido que para esas gilipolleces no se debe mantener una Organización No Gubernamental habiendo millones de niños que mueren de hambre en el mundo, mientras que unos cuantos dirigentes de PETA «viven a cuerpo de rey» a costa de los contribuyentes. RAFAEL GARCÍA GUTIÉRREZ SEVILLA