El «112 del mar» que salva vidas desde el corazón de Madrid
El único Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo dirige todos y cada uno de los rescates en alta mar desde la capital
Madrid no tiene playa, pero sí un cordón umbilical que la une con los mares del mundo. En pleno centro de la Península se localiza el único centro de coordinación de salvamentos en el mar. A él llega información, en tiempo real, de lo que ocurre en alta mar, desde los centros situados en la costa; los controladores reciben en sus ordenadores la alerta que lanzan desde un barco en apuros y ponen los medios para acudir a su rescate. Este «ojo del mar» que Salvamento Marítimo tiene en Madrid se complementa con los 19 ubicados en las costas. De su cuenta corren las más de 65.000 vidas salvadas este año.
El sistema de rescates en el mar tal y como ahora funciona se forjó en 1979, a raíz de la Conferencia de Hamburgo. Entonces se puso en marcha un modelo internacional basado en la tecnología y en la coordinación de todos los medios disponibles en cada estado: el mar se divide en zonas de responsabilidad y cada país se hace cargo de la suya.
Tras el caso del «Mar Egeo»
En 1993 se creó Salvamento Marítimo, que este mes cumple 25 años. En ellos, se ha ocupado del rescate de más de 350.000 personas en el mar. La creación de esta institución se aceleró tras el accidente del Mar Egeo –el petrolero que se partió en dos y se incendió junto a la costa de La Coruña en diciembre de 1992–, y ahora es la responsable de la vigilancia y el rescate en 8.000 kilómetros de costa y 1,5 millones de kilómetros cuadrados de zona marítima, «tres veces el territorio nacional», recuerdan.
El Centro Nacional de Coordinación de Salvamento (CNCS), situado en Madrid, lo componen 22 personas. Sus controladores trabajan por turnos las 24 horas del día y los 365 días del año. «Es un equipo muy profesionalizado y con los mejores medios», destaca el jefe del centro, Joaquín Soriano.
Allí, a través de unas pantallas gigantes y de potentes equipos informáticos, se tiene noticia de todo lo que ocurre en alta mar: las alertas de radiobalizas llegan al tiempo que se emiten, vía satélite, y pueden posicionar la flota en el mar. Cuentan con 73 barcos, 2 helicópteros y 3 aviones, para cumplir con sus tres misiones: rescatar a personas con problemas en el mar, vigilar la contaminación –por escapes o intencionada–, y el control del tráfico marítimo.
Contra la contaminación se ponen en marcha patrullas rutinarias de control, y además Salvamento cuenta con aviones dotados de medios específicos para detectar hidrocarburos en el agua y localizar a los posibles culpables del «escape». En cuanto al control del tráfico marítimo, de su importancia da idea una cifra: un 90 por ciento del total de mercancías se transportan por mar.
Pero sin duda, su tarea «estrella» es el salvamento de personas con problemas en el mar. Tanto por enfermedades o accidentes, como por avería mecánica, hundimiento, ataque de piratas, o por avistamiento de pateras, son muchas las causas que pueden generar que una alerta salte en la sala de controladores del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento. Y allí hay, siempre, un equipo humano dispuesto a ayudar.
Un equipo formado totalmente por marinos. «Todos hemos pasado por eso antes; es imprescindible para poder entender la situación en la que se encuentra quien llama pidiendo ayuda», explica la jefa de Radioavisos, María Díaz de la Espina. Desde esta sala de máquinas del rescate en el mar se atienden avisos comprendidos en el espacio marítimo bajo responsabilidad de España, pero también otros en cualquier parte del mundo en que esté implicado un barco de bandera española.
En las horas en que ABC estuvo en el centro, llegaron alertas para el rescate de un herido en un velero estadounidense, el desembarco de inmigrantes recogidos por el buque Clara Campoamor, y la evacuación de un anciano con neumonía desde un trasatlántico.
La labor que realizan es para ellos más que trabajo. Se nota en la voz de Graciela, controladora del equipo, que aún recuerda con emoción el caso del barco vigués Dorneda, que el pasado verano naufragó a 308 millas de Comodoro Rivadavia, en las costas argentinas. «Vimos el aviso de un pesquero que lanza una baliza sin posición. En la base de datos conseguimos información sobre el barco, la zona en la que podría estar, y se alertó a Buenos Aires. Hablamos con el pesquero Farruco, el que estaba supuestamente más cerca de la última posición del Dorneda, pero a ellos ni les aparecía en el radar. Se acercaron a la posición y se encontraron a los marinos en balsas: habían naufragado. De 27 personas, se recuperó a 25 y un cadáver; otro hombre desapareció».
Desde el Centro de Coordinación de Madrid se ha rescatado a barcos españoles en todo el mundo: «Cuando se han topado con piratas en el Mar Rojo; o cuando se produjo un hundimiento a 900 millas de Ghana... no esperamos a ver si tienen medios; si hay peligro, entramos en acción», explica María Díaz.
Una vez geolocalizado el barco en problemas, se desvían las embarcaciones cercanas: mercantes, militares, de Frontex, Vigilancia Aduanera, Cruz Roja... «Todos colaboran; los capitanes tienen la obligación de asistir en la mar a un SOS», explica. «Esta es una de las guardias costeras más potentes de Europa», explica.
Cada día Salvamento Marítimo atiende unas 53 emergencias, y controla unos 800 buques. La crisis migratoria ha agravado la situación: a través de avisos de buques o de ONG, se alerta de la presencia de pateras. Este año llevan atendidas 65.138 personas, y 403 han fallecido o desaparecido. Del total de las rescatadas, 46.222 personas se localizaron en 2.153 pateras.
Salvar vidas El de Madrid se completa con 19 centros en la costa que este año han salvado más de 65.000 vidas