«Queremos ampliar la oferta de cebada en Andalucía»
Intermalta tiene una fábrica en Sevilla, desde la que se produce un tercio de las necesidades de malta de la compañía a nivel nacional
La producción andaluza de cebada ha crecido un 55% en 2018, según datos de la Consejería de Agricultura. Una tónica positiva que se prevé que se mantenga en la presente campaña de siembras. Este aumento se concentra, especialmente, en las provincias de Sevilla y Córdoba y obedece, por un lado, a los buenos precios del cereal (frente a otros como el trigo duro que en las últimas campañas apenas cubre costes). Por otro lado, la apuesta de los agricultores por este cultivo se debe a contar con una industria potente como Intermalta, capaz de dar salida a esa producción y de posicionarse como integrador de la cadena cebada-malta-cerveza. De hecho, Intermalta es el principal proveedor de malta de la cervecera Heineken.
Con una maltería en Sevilla desde 2008, la compañía se propone a corto y medio plazo seguir fomentando el cultivo de cebada maltera en el centro y sur de la Península. —¿Qué producción de malta sale de la fábrica de Intermalta en Sevilla? —La capacidad actual de Intermalta es de 313.000 toneladas anuales. Sevilla fabrica 100.000 toneladas de malta al año, lo que significa, prácticamente un tercio de nuestra producción total. Toda la malta producida en esta fábrica se destina a la elaboración de cerveza. —¿Qué cantidad de cebada precisa la planta sevillana para cubrir sus necesidades? —Esta maltería necesita 140.000 toneladas de cebada para cumplir con la producción anual. Intermalta apuesta por un aprovisionamiento local, pero esto depende de la cosecha en cantidad y calidad. Por eso, seguiremos trabajando para fomentar el cultivo de cebada maltera en el centro y sur de la península. Además, la optimización logística, la sostenibilidad y la reducción de las emisiones son temas con los que nuestra compañía está muy comprometida.
Aprovisionamiento
—¿Cuál es la relación de la industria con los agricultores? —Es una relación estrecha y directa. Se hace a través de tres canales: directamente con el agricultor, a través de sus cooperativas o por medio de sus operadores comerciales. Se les ofrece contratos de producción y compra de la cebada a un precio base que marcan las lonjas regionales, más una prima por calidad y sostenibilidad. Para los agricultores es positivo contar con una empresa capaz de dar salida industrial a su producción, lo que supone una ventaja en diversificación y seguridad de sus ingresos. —¿Qué perspectivas de compra de cebada tiene Intermalta para la siguiente campaña? —El consumo de cebada es muy regular de un año para otro. Nuestro objetivo principal a corto y medio plazo consiste en incrementar la disponibilidad de cebada de calidad en Andalucía y alrededores. Para esto queremos ir de la mano con los productores, desarrollando variedades recomendadas por la Comisión Mixta compuesta por malteros y cerveceros, y aumentando la red de proveedores y cooperativas. —¿Cuántas nuevas variedades hay actualmente en estudio? —Intermalta participa en la realización de ensayos varietales de cebada cervecera para su estudio agronómico y cualitativo, a través de la Comisión Mixta. Actualmente tenemos 14 variedades en cada uno de los ocho campos de ensayos en los que trabajamos. —¿Tiene futuro el cultivo de cebada cervecera en Andalucía y en Sevilla? —No sólo tiene un futuro prometedor a nivel regional, sino que ya tiene un presente muy destacado, habiéndose implantado desde hace unos años la cebada como un cultivo clave en las rotaciones y en la rentabilidad económica de las explotaciones. Y Sevilla, por cuestiones de cercanía con la industria, sostenibilidad, y una adaptación inmejorable del cultivo, es la provincia con más posibilidades de desarrollo a futuro. —¿Sostenibilidad? —Agronómicamente hablando, el cultivo de cebada cervecera en sí, ya garantiza la sostenibilidad. Es el cereal con menor coste de producción, debido a su escaso requerimiento de todo tipo de inputs, incluido el agua, un bien escaso que debemos cuidar. Además con nuestras primas de sostenibilidad, fomentamos el cultivo de proximidad a la maltería con lo que este aspecto se refuerza. —¿La calidad del cultivo cumple con las exigencias de la industria? —Sí, es una cebada que se cosecha temprano y con humedad baja. Esto permite incorporarla antes al proceso de malteado. Tiene menos dormancia y menos riesgo sanitario (menos hongos). Por tanto, cumple perfectamente las exigencias de calidad de la industria maltero cervecera.