ABC (Sevilla)

Pablo Aguado

«Asumí con paciencia que el parón era parte del camino» ∑ El sevillano analiza su primera temporada como matador de toros en la que ha sumado seis festejos

- LORENA MUÑOZ SEVILLA

Todo comenzó en Sevilla, en la Feria de San Miguel de 2017, donde tomó la alternativ­a y continuó en abril, con una oreja en la corrida de Torrestrel­la que lo puso en boca de los aficionado­s pero no en los carteles. Pablo Aguado (Sevilla, 1991) hace balance de su primer año en el que ha conseguido ilusionar a gran parte de la afición. Y no solo a la sevillana. —¿Cómo valora esta temporada? —Siempre digo que ha sido una temporada corta pero intensa con los triunfos de Sevilla y Madrid que son las dos plazas más importante­s de España. He tenido la suerte de poder puntuar en ellas. Y digo corta porque después de la Feria de Abril hubo un parón que asumí con paciencia, sabiendo que era parte del camino y sin bajar la guardia ya que sabía que la oportunida­d me iba llegar. Volví a torear cuatro meses después y luego en Madrid que es lo que revalidó lo que hice en Sevilla. —El parón era parte del juego pero su nombre sonaba y la responsabi­lidad iba creciendo. ¿Cómo lo afrontó? —Lo tenía asumido antes de torear en la Maestranza porque estadístic­amente siempre se paga ese peaje. Notaba que se había creado en el aficionado cierto interés por verme e incluso se tomaba como una injusticia que no se hubiera dado continuida­d al triunfo. Eso hacía que yo tuviera más responsabi­lidad porque no podía defraudar a todos esos aficionado­s que me habían mostrado tanta ilusión. En Utrera, por la cercanía, lo viví. Y por supuesto Madrid supuso un compromiso muy grande. Yo tenía que correspond­er. —Las orejas son necesarias y hay que puntuar. Y dos son mejor que una. ¿Los toreros no tienen tregua? —Cuando terminó la corrida de Sevilla y me metí en la furgoneta iba muy cabreado en contra de lo que se pueda pensar. Viendo cómo se había dado la tarde, me sabía a poco una oreja. Después me di cuenta de que había sido importante para la afición, me reconforta­ba, pero hoy en día un trofeo, aunque se corte con fuerza, no vale. Siempre hay que seguir sumando. —Sustituyó a Paco Ureña en la Feria de Otoño, ¿estaba en sus planes confirmar tan pronto o prefería esperar? —Teníamos pensamient­o de confirmaci­ón en la Feria de Otoño siempre y cuando las condicione­s fueran idóneas. Con la idea del bombo declinamos la idea porque uno tiene que atar todos los cabos en una fecha así. Cuando nos ofrecieron la sustitució­n de Ureña en esa corrida y con ese cartel no lo dudamos. Puede parecer muy peligroso confirmar solo con seis corridas de toros toreadas pero me encontraba con confianza y bien tras las últimas actuacione­s. Sabía que era el momento. —¿Qué oreja ha sido más importante, Sevilla o Madrid? —Han sido muy distintas. La de Sevilla ha sido de disfrutar más toreando toda la tarde. La de Madrid supuso el tirar para adelante con las circunstan­cias adversas y no bajar nunca los brazos. Fue un trofeo al esfuerzo. —Tras su paso por Las Ventas hubo unanimidad en la prensa. ¿Cree que está en su mejor momento? —Uno nunca se ve en el mejor momento, al menos yo. El toreo es una profesión que cambia tanto día a día que tienes que tener los pies en la tierra. Ojalá lleguen momentos mejores aunque es verdad que este sea bueno. Si dije que sí a Madrid es porque tenía confianza y me veía al cien por cien. Aunque siempre hay matices, es importante tener confianza. —Puede que sea una frase hecha... ¿se está más cómodo con el toro? —Sí pero más que por el toro o el novillo es una cuestión mental y la forma de afrontarlo. Ese ansia y ese agobio por triunfar que tiene uno de novillero te hace salirte de tu concepto. Y no sale bien porque no eres tú y aquello es artificial. En mi último tramo de novillero me centré en hacer el toreo como lo siento. Esa pausa me ha sentado bien. —Estamos viviendo un momento de relevo en el escalafón, ¿lo ve así? —Sí, se vive un cierto clima convulso de cambio y, lógicament­e, las figuras no pueden llevarse toda la vida tirando del carro. Como es natural, algún día tendrán que delegar en los que vienen detrás. Se siente ese interés del aficionado por ver toreros nuevos. —Con tantos cambios de apoderado, ¿continuará su apuesta? —Sí, sí, después del triunfo de Madrid las perspectiv­as para el inicio de temporada del año que viene han cambiado bastante por tanto voy a seguir con el mismo equipo. — ¿Qué perspectiv­as tiene? —No se sabe nada y es pronto aunque el propio Simón Casas lo dijo públicamen­te. Si Dios quiere estaremos en las primeras ferias como puede ser Valencia, Nimes o Madrid y por supuesto en Sevilla. Pero hay que verlo hecho. —¿Cómo vive estos meses sin toros? —Intento descansar pero la cabra siempre tira al monte... Casi todas las semanas suelo ir al campo, que en las fechas que estamos es un privilegio. Eso te hace estar metido y no perder ese momento con el que acabé el año pasado para no desconecta­r del todo. Tu cuerpo se relaja más en estas fechas y te lo tomas con más paciencia pero sin dejar de pensar en el toro, en el entrenamie­nto y en los tentaderos. —¿Qué le gustaría para el 2019? —Me gustaría estar en todas las Ferias importante­s y sobre todo, un triunfo rotundo en Sevilla.

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JUAN FLORES El joven diestro junto al coso del Baratillo, donde tomó la alternativ­a en 2017

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