La juez mantiene en prisión al expapa de El Palmar de Troya
La juez de Utrera concluye que pudo cometer un robo con violencia agravado
De los programas de televisión a la cárcel. Ésa ha sido la trayectoria más cercana de Ginés Hernández, otrora Gregorio XVIII, papa de la Iglesia Cristiana Palmariana. Un destino que, por ahora, no va a cambiar. El juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de Utrera ha cerrado la investigación por el asalto al recinto que acoge la Basílica de El Palmar y que protagonizaron presuntamente este peculiar personaje con su esposa, Nieves Triviño, el pasado mes de junio. En el auto de procesamiento difundido ayer por el TSJA, la juez ordena mantener la medida de prisión provisional para el expapa cismático.
En el citado auto, la juez concluye que la pareja investigada pudo haber cometido un delito de robo con violencia, agravado por el uso de arma, disfraz y por tratarse de un recinto habitado; además de dos delitos de lesiones. Tanto Ginés como Nieves se enfrentarían a una pena que podría superar los seis años de prisión en caso de condena en estos términos.
No son los únicos investigados en esta causa, la juez también señala como presunto autor de dos delitos de lesiones a un sacerdote de la orden religiosa, que se enfrentó a los asaltantes y que acabó acuchillando al expapa en mitad de la refriega que estalló cuando el matrimonio fue descubierto en pleno asalto. Con el auto conocido este lunes, pero fechado en noviembre, la juez da traslado a las partes para que formulen los escritos de acusación y defensa.
Con máscaras de payasos
Los hechos que devolvieron la aten- ción mediática a la basílica del Palmar de Troya ocurrieron el pasado 10 de junio. Según detalla la juez, Ginés y su mujer, que también había pertenecido a esa suerte de secta como monja, accedieron a las instalaciones de la Iglesia Cristiana Palmariana «superando un muro perimetral con la ayuda de una escalera telescópica».
Durante varias horas permanecieron escondidos en el interior porque el salto del muro se produjo sobre las 6.30 de la mañana y en torno a las 17.00 horas entraron en la zona de la imprenta y de las habitaciones de los superiores. La juez detalla que los investigados iban vestidos de negro, con los rostros cubiertos por pasamontañas y máscaras de payasos. El objetivo de los asaltantes era «sustraer pertenencias» que habían formado parte del ajuar del expapa cuando dirigía la orden antes de apostatar y «el dinero proveniente de la recaudación» de la iglesia, que tiene como principal símbolo la basílica de titánicas dimensiones levantada sobre un pequeño pueblo de plantas bajas.
A cuchillo y martillo
Los presunto autores del asalto frustrado fueron descubiertos por uno de los sacerdotes de la congregación que se hace llamar Orden de los carmelitas de la Santa Faz. Ginés esgrimió una navaja con la que llegó a pinchar a su oponente; mientras éste era golpeado con un martillo por Nieves Triviño, según el relato de los hechos que hace la juez instructora. El sacerdote, que también está siendo investigado, consiguió en mitad del forcejeo arrebatar el arma y alcanzó a la mujer y apuñaló al expapa. Ginés Hernández tuvo que ser hospitalizado y necesitó casi un mes para recuperarse de la herida que presentaba en el pecho. En el transcurso de la reyerta, el sacerdote activó la alarma e hizo que acudieran más religiosos en su ayuda. En el parte de lesiones consta otro cura que sufrió la fractura de la tibia y el peroné izquierdos después de que Ginés y Nieves se le echaran encima. Tras ser detenidos y pasar a disposición judicial, el matrimonio fue enviado a prisión provisional, donde permanece a día de hoy el otrora jefe supremo de la Iglesia Palmariana.
Cuando vio la luz
En la primavera de 2016, Ginés Hernández abandonaba por la puerta de atrás la iglesia que había dirigido durante cinco años como Gregorio XVIII. A través de una carta explicaba los motivos que le había llevado a apostatar. Aseguraba que había perdido la fe y confirmaba lo que muchos ven fuera de los altos muros que cierran la basílica del Palmar «que todo es un montaje». Meses después contraía matrimonio con una exmonja de la congregación y a la celebración acudieron las cámaras de televisión. La pareja se convertía en carne de tertulia de la prensa del corazón. Antes de que fuera detenido junto a su mujer hubo tiempo de protagonizar una portada en la revista interviú en la que